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Cine

Las pasiones vaqueras de Ethan Hawke y Almodóvar

Hablamos con el actor y el cineasta manchego sobre "Extraña forma de vida", su nuevo, reformulador y melodramático corto ambientado en el Oeste

Ethan Hawke y Pedro Pascal en "Extraña forma de vida"
Ethan Hawke y Pedro Pascal en "Extraña forma de vida"Imdb

Hace tres años, Anthony Vaccarello, director artístico de Saint Laurent, acababa de producir “Lux Aeterna”, de Gaspar Noé. Su plan era seguir asociando la firma de alta costura con cineastas de prestigio, y el siguiente en la lista era Almodóvar, que no tardó en sacar del armario la idea de rodar un western ‘queer’. No era un género que le resultara ajeno, como nos contó el día después de la presentación de “Extraña forma de vida” en Cannes, sentado junto a uno de sus protagonistas, Ethan Hawke. “Mi primer western tenía que ser “El hombre que se enamoró de la luna”, una adaptación homónima de la novela de Tom Spanbauer”. Ambientado durante la segunda fiebre del oro en Idaho, a finales del siglo XIX, el proyecto asustaba: “Estuve buscando guionistas que me ayudaran con la versión en inglés, pero cuando veían indios y cowboys gays, reculaban”. Uno de los escritores con los que habló fue Larry McMurtry, que luego fue el guionista de ”Brokeback Mountain”, película que Almodóvar rechazó dirigir.

No es habitual que un cineasta consagrado se atreva con el cortometraje. “Fíjate -señala Hawke-, creo que lo que hace más atractiva a la película es su formato. Ver a un cineasta consagrado como Pedro haciendo un cortometraje. Muchos de mis escritores favoritos, y pienso por ejemplo en Tolstoi, trabajaron el relato corto de un modo ejemplar. Y pienso que es un formato ideal para que la gente joven que no conoce su obra, tenga ganas de profundizar en ella”. Hawke aprovecha para recordar su primer contacto con la filmografía del cineasta manchego: “Tenía 19 años cuando se estrenó “Átame”. La vi con tres de mis más íntimos amigos, y estuvimos toda la noche hablando de ella. Nunca pude imaginar que Pedro escribiría una historia donde yo pudiera encajar. ¿Un western que explora el tema del deseo masculino? He trabajado toda mi vida para estar en un lugar en el que pudiera aprovechar estas oportunidades”.

Esa comunión exacerbada entre el western y el melodrama, donde la pasión es color y el intercambio de réplicas, un duelo ígneo, puede encontrarse en clásicos tan excéntricos como “Johnny Guitar”. “Es curioso -admite Almodóvar-, siempre he pensado que en la película de Ray los hombres son Joan Crawford y Mercedes McCambridge, y Sterling Hayden es una figura algo femenina, el objeto de deseo de las dos. Lo que está claro es que en un territorio tan masculino como el western nunca había visto aparecer un deseo explícito entre dos hombres. Queda mucho por explorar en ese sentido”, remata.

[[H2:Crítica de "Extraña forma de vida": deseo entre pistolas ★★★★]]

Dirección y guion: Pedro Almodóvar. Intérpretes: Ethan Hawke, Pedro Pascal, Jason Fernández, José Condessa, George Steane, Manu Ríos, Pedro Casablanc, Sara Sálamo. España, 2023. Duración: 31 minutos. Western.

A la sombra de un fado de Amalia Rodrigues, Almodóvar ha sacado a relucir todo lo que de sirkiano tenía el mito del western. La sensibilidad del melodrama, entendido como “women’s film”, se filtra en la tierra quemada, árida, del laconismo arquetípico de un género con esqueleto y músculo masculino. En “Extraña forma de vida” hay, por un lado, un diáfano respeto por los clásicos y, por otro, una puesta en abismo de su modernidad oculta: los hombres también se amaban en “Río rojo”, pero no se atrevían a decirlo. Por eso el cortometraje de Almodóvar es tan emocionante: el reencuentro entre un sheriff y un ranchero tras veinticinco años separados, cada uno en sus respectivos armarios, supone ese ‘outing’ de las emociones que el director de “Tacones lejanos” filma como si fuera la fuerza del destino la que hace visible, a través de la palabra, un amor que podría ser eterno.

Ese amor, melodrama obliga, tendrá una agenda oculta que compartirán ambos amantes, pero es muy hermoso que, después de ser enemigos, lo que quede es la promesa de los cuidados, el afecto de un edén compartido. Este crítico tiene la impresión de que, en “Extraña forma de vida”, hay demasiada materia narrativa para un corto, y que la película, en cierto modo, es tan estimulante que se enemista con la condensación del formato: querríamos que fuera el primer acto de un western gay que se prolonga en el futuro.

Lo mejor:

La relectura del deseo masculino en un género que necesitaba un ''outing'' de órdago.

Lo peor:

Tiene material narrativo suficiente para un largometraje.