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Novedad editorial
Las plantas también piensan y sienten
El catedrático Paco Calvo nos redescubre la Naturaleza en el libro «Planta Sapiens», donde el reino vegetal, gracias a la ciencia, aparece con su propia personalidad

En un tiempo en el que la Naturaleza parece enfadada con el hombre por lo mal que la ha tratado en los últimos años, es sensato mirarla con otros ojos. Probablemente en este tiempo hemos dejado de lado lo que teníamos más cerca, a mano, como son las plantas. Ese muro es el que derriba en un libro Paco Calvo, catedrático de Filosofía de la Ciencia y director del Laboratorio de Inteligencia Mínima (MINT) de la Universidad de Murcia. En «Planta Sapiens», escrito con Natalie Lawrence y publicado por Seix Barral, se nos descubre algo que hemos ignorado, como es la inteligencia secreta de las plantas.
Calvo, en conversación con este diario, explica que su fascinación por el tema surgió al constatar un hecho. «No empecé trabajando con plantas, sino con animales humanos. Comencé a interesarme por las plantas al ver lo distintas que eran de nosotros. No se puede olvidar que cuando tratamos de comprender la inteligencia humana buscamos fijarnos en aquellos organismos que se parecen más a nosotros. como primates o resto de mamíferos, porque tienen corteza cerebral. Pensamos que esto es lo que nos va a arropar más», dice el autor de «Planta Sapiens». Sin embargo, Paco Calvo constata que «con las plantas se podía llegar más lejos. Mejor dicho, se podía llegar de una manera distinta al mismo sitio».
Entonces ¿qué nos pueden decir las plantas sobre nosotros? El catedrático matiza que «al irnos a los sistemas, a los organismos más distintos en el árbol de la vida, es decir, con su naturaleza más descentralizada, donde no hay neuronas, no hay sistema sistema nervioso central, nos podemos preguntar: ¿qué puedo aprender de una planta? Si encontramos que pueden hacer cosas similares, a pesar de que nuestra materialidad sea tan radicalmente distinta, entonces habremos encontrado el denominador común. Me gusta decir, en este sentido, aquello que nos une en el árbol de la vida. Y lo que nos une, aunque hagamos cosas distintas, es una llave maestra que abre cualquier puerta. Las plantas, concretamente, pueden guiarnos hacia esa llave, pese a que nos pueda parecer que en ellas no hay una inteligencia observable, que no hay nadie al frente de la nave, como es el caso nuestro». El título del libro no es gratuito. Más allá de resultar universal –y ya arrastra varias traducciones a sus espaldas, del checo al japonés–, «Planta Sapiens» quiere resaltar que «las plantas son igual que el homo porque hay un nexo de unión entre reino animal y vegetal. Somos más parecidas a ellas de lo que pensamos». Paco Calvo admite que tenemos una ceguera ante las plantas que empieza pronto y va creciendo con el paso de los años. Cuando se le pregunta al autor del ensayo a qué se debe esto, reflexiona que «hay una discrepancia entre la escala temporal en la que se desarrolla su conducta y la temporal en la que nosotros realizamos nuestras observaciones. Cuanto más distante, más esfuerzo hay que hacer. La primera herramienta de observación es la mente humana. Darwin, a simple vista, fue capaz de apreciar la conducta vegetal en su dimensión sin tener ninguna de las tecnologías que tenemos actualmente a nuestra disposición. Así que el problema más allá: se trata de un tema de conducta. Estamos obsesionados con pensar que tú eres inteligente en tanto y cuanto te parezcas a mí. Las plantas no son tontas. Son muy listas». ¿Y piensan? Para este catedrático, «la respuesta corta es sí, que, a lo mejor, no tenemos claro lo que es pensar, ni en el caso de los humanos». Porque para Paco Calvo las plantas también duermen, reponen su ADN, como nosotros, pero «esa forma de reposo varía. Si pensar tiene que ver con competencias manifiestas, lingüísticas, con series de palabras, apaga y vámonos. Pero si queremos encontrar ese denominador común, hay que repensar qué tiene que ver con pensar. Las plantas han sido expuestas a unas regularidades, a un entorno, a un pasado, a un contexto A o B. Por tanto, podemos decir que las plantas tienen una conducta de pensamiento. Son etiquetas que no nos vienen nada grandes cuando hablamos de ellas».
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