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¿A qué temen las personas que sufren hexakosioihexekontahexafobia?

Se trata de un miedo que incluso afectó a la vida de todo un matrimonio presidencial, como fue el de los Reagan
Imagen de 'El día de la Bestia' (1995), de Álex de la Iglesia
Imagen de 'El día de la Bestia' (1995), de Álex de la Iglesia
La Razón
  • Sofía Campos

    Sofía Campos

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Los miedos son como los colores, los hay para todos los gustos. Todo el mundo es libre de temer algo... para su propia desgracia. Lo que para unos es una anécdota, para otros es un auténtico infierno. 
En este caso, hablamos de una fobia que la leyenda cuenta que sufrieron tanto Ronald Reagan como su esposa Nancy. En 1989, cuando se mudaron a su casa de Bel Air, Los Ángeles, cambiaron su dirección de para no pisar, ni de broma, el 666 de St. Cloud Road, así que pasaron a ocupar el número 668 de dicha calle. 
Lo que queda claro es que el inquilino anterior, Johnny Carson, no era hexakosioihexekontahexafóbico, pues nunca modificó la dirección. Lo que no sabemos es si el bueno de Ronald cayó alguna vez en que su propio nombre, Ronald Wilson Reagan, contiene tres palabras de seis letras...
Como habrán podido comprobar, la hexakosioihexekontahexafobia es el miedo al 666, "el del Diablo". Un número que el 6 de junio de 2006 (6/6/6) llevó a los evangélicos Ambassadors Ministries, de Países Bajos, a realizar una vigilia de 24 horas para ahuyentar a los "malos espíritus".
La hexakosioihexekontahexafóbico está originada en la creencia en el verso bíblico Apocalipsis 13:18, en el que se indica que el 666 es el número de la marca de la bestia. Se convierte así en un miedo que se ha popularizado más allá de los creyentes de la fe cristiana, traspasando comunidades e incluso popularizándose por su presencia en varias películas de terror.
En la Biblia, el 666 está afirmado como número del "mal" tres veces. De esta forma, es un miedo que se considera un artefacto del cristianismo popular. En cambio, la mayoría de intelectuales cristianos y los teólogos de la actualidad creen que el número era simplemente una referencia a un emperador romano que persiguió a cristianos. El César considerado generalmente como el más adecuado para el papel es Domiciano, aunque algunos prefieren al más conocido Nerón, aunque sea menos probable.
Ya sea por manía o por miedo, los hexakosioihexekontahexafóbicos evitan rozar el número 666. Sin embargo, hay otras cosas que evitan; aunque menos frecuentemente, tratan de evitar el número como producto de relaciones entre otros números; por ejemplo, la fracción dos tercios, cuyo decimal es 0,666. Incluso la gente con esta fobia considera mala suerte obtener tres seises en una mano de póquer, aun cuando esta es, generalmente, una muy buena mano. 
Y como otra curiosidad, a finales de la década de 1990, Hondutel (la estatal telefónica de Honduras) decidió cambiar los números telefónicos de seis a siete dígitos; el prefijo 666 correspondió a la ciudad de El Progreso. Los habitantes de dicha ciudad, de mayoría católica, se movilizaron para cambiarlo, ya que lo consideraban como "maligno", además de por las burlas que les hacían los vecinos de otras ciudades, como San Pedro Sula, hasta que lograron que Hondutel cambiara el prefijo a 668. 

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