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Teatro
El canto a la libertad de Almada
Importantes compañías y creadores de la escena europea vuelven a coincidir en un festival de Almada que aúna, como pocos, lo culto y lo popular

A punto de concluir su 42ª edición, el Festival de Almada sigue funcionando como un fantástico observatorio, para cualquiera que se acerque en julio a esta ciudad separada de Lisboa por el río Tajo, de los distintos lenguajes, inquietudes temáticas y sensibilidades poéticas que alimentan la creación escénica en buena parte de Europa. La Schaubühne (Alemania), Baro d'evel (Francia) o el Teatro Biondo de Palermo (Italia) son solo algunos nombres de las muchas y buenas compañías que han pasado por aquí estos días para mostrar sus trabajos.
No han faltado, por supuesto, los creadores españoles. Los veteranos Joglars, con su sátira titulada 'El rey que fue' sobre la figura de Juan Carlos I, y el tándem formado por Alberto Conejero y Xavier Bobés, que han traído hasta aquí 'El mar', un emotivo homenaje al maestro rural Antoni Benaiges y a toda una utopía de progreso y libertad que se vio trágicamente abortada por la Guerra Civil, han sido tan aplaudidos como el que más en una cita en la que el público, siempre rebosante de entusiasmo, se ha volcado de nuevo prácticamente con todas las propuestas.

Atestado estaba el Palco Grande de la Escuela D. Antonio da Costa para ver, por ejemplo, a FamilieFlöz, referente mundial del teatro de máscaras. A pesar del frío, no había un hueco libre el martes por la noche en este espacio al aire libre, uno de los más emblemáticos del festival, al que incluso acudieron -algo impensable en España- militares de la Marina portuguesa, vestidos de uniforme, que no querían perderse 'Teatro Delusio'.
Así se llama esta obra, con algunos años ya en el repertorio de la compañía alemana, que cuenta la tierna, simpática y ocurrente historia de tres tramoyistas trabajando en la parte del escenario oculta al público, mientras tiene lugar, por el otro lado, la representación. La fragilidad y el esquematismo de la dramaturgia es la mayor pega de esta compañía que, no obstante, es siempre garantía de diversión y de destreza técnica en el trabajo físico de los actores.

Otro de los muchos atractivos de la programación era ver cómo la Compañía de Teatro de Almada, que es la organizadora de esta cita internacional, llevaba a escena, en 'Umadeusmais-que-perfeito', el narrativo texto del nobel austriaco Peter Handke que Alianza Editorial tradujo en nuestro país como ‘Desgracia impeorable’. Publicada en 1972, Handke aborda en esta atípica obra un episodio trágico de su propia biografía que había ocurrido poco antes: el suicidio, con 51 años de edad, de su propia madre. Aunque no deja de ser un monólogo en primera persona, donde el autor reflexiona acerca del contexto social, político y educativo en el que su madre nació y se hizo adulta, la obra tiene algo de novelesco por la extensión del marco temporal que abarca y por la abundancia de personajes que salen a colación, los cuales, para ser identificados y ubicados en la trama, requieren más de la descripción, en ocasiones, que de la evocación subjetiva.
Teresa Gafeira ha sido la encargada de dirigir un espectáculo que potencia la teatralidad del material original al desdoblar en dos la voz del protagonista -muy bien interpretado por Duarte Guimarães y Pedro Walter- y explorar sus acentos más emotivos, no siempre fáciles de encontrar en la prosa de Handke, honda e inteligente, pero algo contracturada desde el punto de vista gramatical y dura al oído.
Un tema recurrente
Cabe señalar que el tema más recurrente este año para los creadores ha resultado ser el de la condición de preso, en muchas y diferentes vertientes, ya sean relacionadas con la realidad física, con la frustración vital o con el pensamiento más abstracto. Ese es el tema que ha servido de motor al conmovedor teatro documental de Marco Martins, que recorre, en 'A colónia', la experiencia de un grupo de hijos de presos políticos de la dictadura portuguesa que se criaron en la clandestinidad. Del mismo modo, es el asunto medular de 'Marius', una aproximación en clave de ficción del aplaudido director francés JoëlPommerat a la estrechez de mundo en el que parecen condenados a vivir los humildes y desfavorecidos.
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