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El año más dramático de las compañías

Mientras los teatros de Madrid y Barcelona resistieron, en el resto de España los circuitos cierran y el sector está bajo mínimos
larazon

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El mapa teatral en España ofrece un desequilibrio llamativo: mientras que en Madrid y Barcelona predominan los teatros y salas privadas, que pueden llegar al 70% de la exhibición, frente a un menor número de espacios públicos, en el resto del país lo normal es lo contrario: casi todos los teatros son de titularidad pública, ya sea de ayuntamientos, cabildos, diputaciones... El sector había funcionado así hasta el comienzo de una crisis que se ha llevado por medio compañías y escenarios y, sobre todo, una estructura que no se sostiene y una forma de hacer las cosas que exige nuevas fórmulas y soluciones. LA RAZÓN adelantó hace unos días el sombrío balance de 2012, con 1,5 millones de espectadores menos en toda España, aunque la caída de público y recaudación, del 30% de media, ha sido menor en las dos principales ciudades, mientras que en algunas provincias ha llegado al 45%.

Incertidumbre

«El panorama general es malo», reconoce José Luis Rivero, el presidente de la Red de Teatros y Auditorios de Titularidad Pública, una entidad que reúne a 140 espacios asociados de forma directa, aunque, a través de los circuitos autonómicos, que a su vez reúnen multitud de salas, centros culturales, auditorios, etc, la Red representa en realidad a más de 400 espacios. «Hay muchísima incertidumbre: las compañías que no están cerrando no saben qué volumen de contratación van a tener para este año». El modelo, explica Rivero, se había mantenido más o menos durante el primer semestre de 2012: «Notamos una pequena disminución de la contratación, debido sobre todo a los recortes en los presupuestos públicos». Esto es: los propietarios de los teatros, ayuntamientos y diputaciones aplicaron la tijera a las programaciones culturales, y eso se reflejó en menor demanda de espectáculos. «Empezamos a gestionar modelos de trabajo a taquilla, incluso en los lugares donde no se tenía esa costumbre», prosigue el gestor aludiendo a la realidad que se ha vivido en el último año en España: que las compañías tengan que ir a un porcentaje de lo obtenido en taquilla en vez de a un tanto prefijado, el caché, como ha sido habitual durante décadas. «En ese cambio de modelo estábamos cuando llega a mitad del año la subida de 13 puntos de IVA y todo lo que habíamos hecho se estancó», lamenta Rivero. En España, los teatros públicos no cobran IVA en sus entradas, pero sí lo hacen las compañías privadas que actúan en teatros públicos. «Ahí se produjo una caída fuerte», explica. En la Red no tienen constancia de espacios públicos entre sus asociados que hayan cerrado por la crisis o vayan a hacerlo, aunque sí saben de otros no asociados que han bajado el telón definitivamente. Y, aunque no sean espacios concretos, señalan el caso de ciertos circuitos que han cesado su actividad en bloque: «Ha habido todo un programa, una estructura, que ha caído en Navarra, aunque se está recuperando; también en Castilla-La Mancha, que era amplísima; y casos como el de Castilla y León, que iba a caer pero se reconvirtió, o Andalucía, que después de las elecciones decidieron cancelar lo que tenían contratado el resto del año».
«El panorama es sombrío». «La ventaja de las salas alternativas, pese a todo, es que siempre han tenido una estructura diversificada: la taquilla es una parte de sus ingresos, pero los obtienen también de cursos, formación, compañías residentes...». Con todo, analiza, «la crisis está acabando con el mercado de las artes escénicas; las giras están convirtiéndose en algo anecdótico. En estas fechas se convoca el circuito y el teléfono suele arder, pero ahora no es así: mucha gente tira la toalla. Están aprovechando producciones anteriores, intentando vivir del repertorio. Si te dijera un 70% de caída, no te estaría engañando». En 2012, tuvieron 450 solicitudes de compañías para formar parte del circuito. En este año, 250. «Ninguna compañía anuncia que deja de trabajar, pero sí las hay que paran su actividad de manera masiva: si antes hacían 15 bolos, ahora se limitan a dos o tres».
El diagnóstico es idéntico: recorte brutal de los presupuestos de exhibición y programación en los ayuntamientos, muy intenso en las comunidades autónomas y una bajada en la producción de espectáculos como consecuencia. «En ambos casos, supera el 50% –prosigue Lozano–, aunque depende de cada municipio. La Administración central venía aguantando el tipo, pero ha llegado ya a un recorte del 30 o 40% en esta edición». Hay otros problemas que se suman, también en el caso de este tipo de espacios: la merma en taquilla a causa de la subida del IVA, las dificultades para cobrar de los ayuntamientos, con periodos de demora que llegan al año. Y la contracción del mercado, al igual que le ocurre al teatro comercial: «Los espacios públicos no cierran, pero casi como si cerraran, porque dejan de programar», aclara. El coste, para muchas salas, es un proceso de auto explotación: la mayoría son pymes que cada vez cuentan con menos empleados. «Poco a poco irán cerrando salas: económicamente ahora no son viables a precios de mercado», lamenta. Como con otro tipo de espacios, también en este caso Madrid y Barcelona, con mayores abanicos de público, soportan mejor el chaparrón. «Fuera de Madrid y Barcelona se está estrangulando la oferta: lógicamente el público no va porque no se programa». Los lugares donde mejor se está haciendo frente a la crisis son los que tienen lengua propia y una tradición de público fiel: País Vasco, Cataluña... también en Andalucía. En la otra cara de la moneda están los casos mas «dramáticos»: la Comunidad Valenciana, donde se han cerrado circuitos, Castilla-La Mancha, por la misma razón... «Hay estructuras que ya no existen: los circuitos».
La danza, el arte escénico más golpeado
Para los amantes de la danza, la situación es más alarmante: la oferta de este arte ha caído más que la del teatro. No hay datos para 2012, pero según los que la SGAE elaboró el pasado año, entre 2008 y 2011 la danza perdió el 38 por ciento de sus funciones y el 29 por ciento de sus espectadores. «Esto quiere decir que parte del público está dejando de ir porque se está programando menos, no hay oferta», aclara Miguel Ángel Lozano, de la Red de Teatros Alternativos. «Entre 2010 y 2011 la caída es mucho mayor. Si esta tendencia se mantiene en 2012 y 2013, el número de representaciones de danza caería alrededor del 60 por ciento. Es la destrucción de un sector», añade.

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