Exposición
¿Qué une al Siglo de Oro con 'Kill Bill', el Tetris, 007 y 'Gran hermano'?
El Festival de Almagro propone un recorrido entre el pasado áureo e iconos pop del hoy que firman Ken Niimura y Oriol Corcoll Arias
La conversación entre Ken Niimura y Oriol Corcoll Arias comienza con una pregunta: ¿en qué piensas cuando se habla del Siglo de Oro? Lo primero que les vino a la cabeza fue la imagen de Don Quijote de La Mancha, "protagonista de una de las indiscutibles obras maestras de la literatura", exponen al inicio de su recorrido áureo por la Casa Palacio de Juan Jédler (Patio de Fúcares).
El hombre es "estandarte", señalan, de la época, pero en esta exposición que programa el Festival de Almagro el dibujante (Niimura) y el filólogo (Corcoll) se han propuesto unir los clásicos con obras de la actualidad. Por ejemplo, Alonso Quijano es presentado como el típico hidalgo de la época: "Noble, pero pobre", escriben de este aficionado a los libros de caballerías que acaba confundiendo la realidad con la ficción. Aunque más allá de la mera descripción, la muestra traza ese paralelismo con el hoy, "te gustará si te gustó... 'Kick-Ass'", proponen. Tanto el uno como el otro "se rebelan contra la corrupción humana con un ímpetu que puede rayar en la locura". Cada uno a su manera, ya sea la del caballero andante o la del superhéroe contemporáneo.
"El ser humano sigue siendo esencialmente el mismo que hace 400 años"
Los comisarios defienden el Siglo de Oro, desde el punto de vista artístico, como "uno de los periodos cumbre de España" en el que se puede encontrar a escritores relevantes como Cervantes y Lope, pero también pintores de la talla de Velázquez y El Greco. "Un tiempo, además, que vio nacer arquetipos narrativos como el pícaro, el donjuán o la celestina que han trascendido en el tiempo para convertirse en parte de la cultura popular del hoy".
Los años y los siglos han pasado, pero el amor, la muerte, los celos, la venganza, la locura, el libre albedrío... permanece inalterable. "El ser humano sigue siendo esencialmente el mismo que hace 400 años y, por tanto, los temas de los que se hablaba entonces no son tan diferentes de los actuales", presentan de su viaje "a lo más profundo de la condición humana".
En el alma rebuscó Santa Teresa de Jesús en la segunda mitad del siglo XVI, autora de ese "vivo sin vivir en mí,/ y tan alta vida espero/ que muero porque no muero". Su poesía también tiene cabida en el Patio de Fúcares, en este caso, en comparación con el mismísimo juego Tetris. Una pareja difícilmente encajable que Niimura y Corcoll justifican: "Cuando alguien hace lo que le gusta a un nivel máximo, se desdibuja como individuo a través de la contemplación. Es así como uno alcanza el nirvana, el éxtasis, la conexión con lo divino o simplemente la relajación total. Con ambas obras uno puede llegar a este estado elevado de transformación interna, serenidad y plenitud".
De Calderón de la Barca al 'Matrix' de Neo
De este modo se entra en una espiral entre los siglos XVI-XVII y la actualidad en el que la 'Tragicomedia de Calisto y Melibea', de Fernando de Rojas, tiene sus ecos en 'Juego de Tronos' por el "ansia de poder", defienden; 'Las obras completas del excelente poeta Garcilaso de la Vega' casa con la 'Lolita' de Nabokov gracias a la "atracción pura que desdibuja la línea que separar el sentimiento de la adicción y lo correcto de lo incorrecto"; al 'Diablo cojuelo', de Vélez de Guevara, se le pone frente a 'Gran hermano' y '1984': "Se llega al control total del individuo mediante la supresión de la intimidad"; María de Zayas, con sus 'Novelas amorosas y ejemplares', encontró una seguidora en Louisa May Alcott gracias a sus 'Mujercitas', donde también se hace un retrato "único" de las damas de la época en la que viven; 'La vida es sueño', de Calderón, gustará, dicen, al fan de 'Matrix' por su reflexión sobre lo que es y lo que no es; 'Fuenteovejuna', de Lope, encaja en 'Asterix'; y 'El burlador de Sevilla', de Tirso, encuentra otro "agente secreto-arqueólogo-policía-soldado estereotipado" en 'James Bond'.
No cesan las curiosas parejas en esta muestra sobre 'Lo mejor del Siglo de Oro': Góngora dejó en su 'Fábula de Polifemo y Galatea' las bases para 'El jorobado de Notre Dame', de Victor Hugo; 'La serrana de la Vera', de Vélez de Guevara, ya sintió las ganas de venganza que siglos después mostraría la tarantinesca 'Kill Bill'; 'Don Gil de las calzas verdes' va de la mano de 'Ranma 1/2'; y como colofón, 'El diario de Bridget Jones' muestra "un amar menos platónico" de lo habitual, como ya hiciera Lope con su 'Perro del hortelano'.