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Terminator, el amor secreto (hasta ahora) de Donald Trump

«Terminator: destino oscuro», con Schwarzenegger como protagonista, se estrena el 23 de octubre
«Terminator: destino oscuro», con Schwarzenegger como protagonista, se estrena el 23 de octubrelarazon

Las trifulcas entre Donald Trump y el actor, y ex gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, vienen de lejos. En una entrevista con la revista «Men's Health» Schwarzenegger especula con la posibilidad de que el presidente esté enamorado de él. Trump, de alguna forma, le gustaría encarnar las virtudes de Conan o Terminator. «Siempre me quejo de que Trump no ha sido capaz de pasar de ser Trump a ser el presidente –comenta–. Digo esto porque eso sucedió conmigo mismo, que no pude pasar de ser Arnold a gobernador. Todavía estaba atrapado como Arnold. Arnold siempre cumple. Así me abrí paso. Hago algo y lo repito y lo repito y lo repito y lo repito hasta que sale adelante. Creí que podía hacer lo mismo con la política. Pero aprendí rápidamente que así no funciona». «Tienes que ser capaz de unir a la gente –añadió–. Y eso requiere mucho más tiempo, mucho más esfuerzo, pero así son las cosas. Si no te gusta eso, no te metas en política». Cuando al filo de rematar su encuentro el periodista Alex Pappademas, que le entrevista por el estreno de «Terminator: destino oscuro», pregunta por la inmigración, el viejo actor descerraja un último gancho: «Déjame decirte algo. Cuando viajo por el mundo es muy normal que las personas se me acerquen, soy un tipo muy accesible, ¿no? La gente se me acerca en el gimnasio o en un restaurante y me dice: “América, América”. La gente en todas partes, no importa cuánto se quejen de Estados Unidos, no importa cuánto se rían de Trump en este momento en todo el mundo, la gente quiere venir a Estados Unidos. Porque saben que un presidente, un hombre, no puede cambiar este país». Todos los desencuentros, todos los exabruptos, todos los ladridos de Trump contra Schwarzenegger comenzaron el día en que el actor apoyó a otro candidato en las primarias a la Casa Blanca. Un pecado capital a ojos de quien idolatra a los triunfadores a cambio de que le tengan por uno de los suyos. Más todavía en el caso de Schwarzenegger, que había heredado los mandos de «El aprendiz», el concurso de telerrealidad que salvó a Trump de la ruina publicitaria tras la implosión de sus planes inmobiliarios en Atlantic City. Qué lejos los tiempos en que Trump firmaba cheques en favor del entonces candidato Schwarzenegger, al que llamaba «gran amigo». Y la declaración de guerra llegó en octubre de 2016, cuando el actor publicó un comunicado en el que afirmaba que por primera vez en su vida no pensaba votar al partido republicano. «Pero por muy orgulloso que esté de identificarme como republicano», escribió, «hay una etiqueta por encima de todo lo demás: estadounidense. Así que quiero tomarme un momento hoy para recordarles a mis colegas republicanos que no solo es aceptable elegir su país en lugar de su partido, sino que es su deber». Con la elegancia habitual Trump le respondió meses después haciendo mofa de los índices de audiencia de «El aprendiz». Comparó los números de ambos y se burló de su condición de «estrella». Para entonces Trump ya era presidente de EE UU.