Tom Hardy, un Al Capone con la voz de Bugs Bunny
No le falta detalle. Ni las entradas del italoamericano que reinó en el Chicago de la Ley Seca y ni la amenazadora y grotesca expresión facial o, importante, el legendario puro asomado a la sonrisa de tiburón blanco
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No le falta detalle. Ni las entradas del italoamericano que reinó en el Chicago de la Ley Seca y ni la amenazadora y grotesca expresión facial o, importante, el legendario puro asomado a la sonrisa de tiburón blanco.
Había expectación por contemplar la caracterización de Tom Hardy como Al Capone. Un papel que el ex modelo habría aceptado en 2011 y para el que se preparaba desde 2016. No le falta detalle. Ni las entradas del italoamericano que reinó en el Chicago de la Ley Seca y ni la amenazadora y grotesca expresión facial o, importante, el legendario puro asomado a la sonrisa de tiburón blanco.
El «biopic», titulado «Fonzo», sigue los saltos sin red, las turbias evocaciones y dolorosas nostalgias convocados por el achicharrado cerebro del gánster después de diez años encerrado y peleando por no sucumbir al voraz fantasma de la demencia. Dirige el joven Josh Trank, que viene de dos películas no exactamente jaleadas por la crítica, «Chronicle» y «Fantastic four». El que desde luego necesita menos la aprobación de los jueces es Hardy, que ha trabajado entre otros con Christopher Nolan y acumula nominaciones a las Bafta y premios como el Laurence Olivier al mejor actor revelación así como varios galardones del cine independiente británico. Vistas las fotos, que han aparecido en Instragram, ya puede afirmarse que Hardy ha ingresado en el club de los pesos pesados.
Al lado del gigantes del transformismo como Robert De Niro, inolvidable como Jake LaMotta, por ejemplo, y Daniel Lee-Lewis, que volvió de su retiro eremita en la Toscana, donde supuestamente pasaba los placeres y los días como un minucioso y excéntrico zapatero remendón y, uh, millonario, para interpretar al presidente Lincoln a las órdenes de Spielberg. Aunque en los últimos años el indiscutible plusmarquista de los cambios radicales, las subidas y bajadas brutales de peso y otros exuberantes transformismos escénicos haya sido Christian Bale. Sin duda la mejor noticia que dejó «El imperio del sol». Inolvidables sus actuaciones en «The Dark Knight» y «American Hustle». Por no hablar de la próxima «Backseat», en la que interpreta con pavorosa facilidad y estremecedor parecido físico al otrora todopoderoso vicepresidente de Dick Cheney. Pero pocos caramelos comparables al de hacer del mafioso que acabó sus días en la prisión de Alcatraz acusado de evasión de impuestos ante la imposibilidad de trincarlo por sus crímenes de sangre.
Claro que para juzgar a Hardy convendría ir más allá de las fotografías en redes sociales, por más que en el actual Hollywood casi importe más el ruido generado por unas fotos que la actuación del actor. Eso sí, la sorpresa, está garantizada después de lo que escribió Scott Wampler en su perfil para «Esquire»: «La voz que desarrolló para Al Capone en Fonzo está basada en Bugs Bunny; para probarlo, me reproduje un clip de las imágenes en bruto en su teléfono. Y efectivamente suena como el conejo de dibujos animados con un caso severo de faringitis».