Toros

Tomás Rufo, nivel pro, hace sombra a los grandes Roca Rey y Juli en espléndida tarde

►Gran corrida en Castellón en la que Rufo corta cuatro trofeos, tres El Juli y dos Roca y un toro de Domingo es premiado con la vuelta al ruedo

Los diestros (i-d) Julián López El Juli, el peruano Andrés Roca Rey y Tomás Rufo salen a hombros por la puerta grande en Castellón
Los diestros (i-d) Julián López El Juli, el peruano Andrés Roca Rey y Tomás Rufo salen a hombros por la puerta grande en CastellónDomenech CastellóAgencia EFE

La mañana no hacía pensar que a las cinco de la tarde la corrida se diera, pero la tauromaquia es imprevisible hasta para eso. Con el ruedo lleno de parches para arreglar los estragos de la lluvia, Castellón comenzó con categoría. La que impuso ese primer Garcigrande, ya anunciado con el nombre de Domingo Hernández, que tocó a su matador estrella: El Juli. Dos trofeos paseó de él para ir al final de la historia. Una estocada, punto baja y atravesada fue el cierre de una faena con altibajos, pero con momentos de calado y calidad. El toro la tenía por su codicia y su entrega en la muleta del madrileño. Al natural, en la distancia media y de perfil, logró Julián los naturales más poderosos, ligados y queriendo encontrar finales atrás sin despegarse del cuerpo. Filosofía buena esta. Fueron los que catapultaron el trasteo, conectaron con el público y prendieron la llama. Todo lo que vino después fue una búsqueda de ese instante. Por derechazos lo gozó en una tanda, que sirvió de preámbulo a la suerte suprema. Y al doble premio. Más sosote aunque noble y con largura en el viaje fue el cuarto. El Juli anduvo dispuesto en una faena de oficio, que pasó más discreta con lo que vino después.

Roca Rey se picó con Rufo y salió a hacer el quite. Fue el mejor momento del segundo toro, que se vino abajo después y a pesar de que tenía buena condición porque descolgaba se quedó parado y a la espera. La espada no fue el punto fuerte de Andrés. Cuando volvió su turno había pasado de todo. Entre otras cosas devolvieron también a su quinto, había pasado con el anterior y la plaza se había quedado gélida. La temperatura la recuperó en el mismo instante que se puso con la muleta. Fue trabajo suyo. Una arrucina hizo de resorte con el público. Un ¡ay! el acicate, un despertador de las emociones, un poner a bombear al corazón la señal de alarma de que podrían pasar cosas ahí abajo. El toro tuvo el fuste justo, irregular pero agradecido. Roca no dio pasos en falso. Creció en la faena y sumó al toro. Confío en lo que tenía delante y fue convenciéndonos. Las cercanías, la concesiones, el aplomo, la seguridad y el temple fueron los argumentos que, con la espada, le dieron el doble premio. Y esa capacidad de quedarse y empujar al animal para ir cuando quería quedarse.

Roca Rey, hoy en Castellón EFE/Domenech Castelló
Roca Rey, hoy en Castellón EFE/Domenech CastellóDomenech CastellóAgencia EFE

Tomás Rufo se había llevado el doble premio con fuerza tras la faena al tercero. Era el recién llegado en una tarde de figuras. No dejó indiferente. Apostó fuerte y por un camino que es una bomba de relojería para las emociones. El toro resultó irregular y también el trasteo, pero sobresalieron cosas muy potentes. La buena estrella de un torero que embarca más despacio de lo que quiere el animal, que es capaz de reducirse, de bajar sus propias revoluciones y con los vuelos parar el tiempo para que todo ocurra despacio en ese fragmento inverosímil. La gente entró de lleno en el trasteo.

Y cuando parecía que estaba todo vendido, salió el sexto. Bueno a rabiar. Entregado en unas telas que saben viajar, en unas muñecas que rematan en la cadera, que no se traicionan, que llegan a los trascendental sin el arrebato. Se condensó a sí mismo Tomás Rufo para dar una versión extraordinaria de su toreo, y del toro. Combinación perfecta, repleta de temple, torería, austeridad y disfrute. Hay torero. Nivel pro en una tarde de espléndidas figuras.

Tomás Rufo, en Castellón hoy-EFE/Domenech Castelló
Tomás Rufo, en Castellón hoy-EFE/Domenech CastellóDomenech CastellóAgencia EFE

Ficha del festejo

CASTELLÓN. Séptima de la Feria. Se lidiaron toros de Garcigrande y Domingo Hernández, 2º y 3º. El 1º, codicioso y entregado; 2º, de buena clase pero parado y a la espera; 3º, irregular de ritmo pero bueno; 4º, noble y sosote; 5º, irregular y franco ; 6º, extraordinario y premiado con la vuelta. Casi lleno.

El Juli, de catafalco y oro, estocada caída (dos orejas); pinchazo, estocada (oreja).

Roca Rey, de gris perla y plata, estocada defectuosa, descabello (silencio); estocada (dos orejas).

Tomás Rufo, de azul añil y oro, estocada (dos orejas); estocada (dos orejas).