Toros

Cuál es el motivo de la rivalidad entre Morante y Pablo Aguado

Los toreros han compartido cartel en Castellón ayer y triunfado

Pablo Aguado, en imagen de archivo
Pablo Aguado, en imagen de archivoCipriano Pastrano DelgadoLa Raz—n

No es casualidad ni la temporada de Morante, que arrastra desde la pasada, ni el renacer de Pablo Aguado, que ha reaparecido de su lesión de rodilla renovado. Lo hizo en Illescas. Conquistó Fallas y lo ha vuelto a hacer en Castellón con esa facilidad innata que revoluciona el toreo clásico. De esa misma manera que llegó un día a Sevilla para llevárselo de calle y al poco lo volvió a hacer en Madrid, en San Isidro, nada menos. Esa maravillosa ley de la fantasía que le da con poco todo. Pablo lo tiene dentro. No le hace falta más. El acelerón del éxito, de las muchas tardes, de los tiempos lo desubicó. El invierno le ha devuelto al punto de partida de quien no necesita nada y está elegido para el toreo.

Ayer en Castellón ocurrieron cosas. Vino Morante a contarnos que es mágico, a pesar de un tiempo infernal, de la oscuridad de la tarde aunque eran las cinco. Que tiene el toreo metido en la barriga, que lo suelta en las muñecas porque le fluye sin poder retenerlo. Le sobra a espuertas.

En el primer turno de Aguado saldó su paso por Castellón con dos trofeos. La Puerta Grande. Y no una más sino una puesta en escena que era toda una declaración de intenciones para esta temporada. El torero de La Puebla, 25 años después, salió en el cuarto picado con la inyección de la rivalidad, la competencia, todo un privilegio para la afición en estos tiempos. Más si tenemos en cuenta que hemos transitado años de toreo anodino, donde se premiaban los circulares como churros y las faenas eternas donde al acabar no lograbas recordar ni medio muletazo.

Morante, en Castellón Domecq.EFE/ Domenech Castelló
Morante, en Castellón Domecq.EFE/ Domenech CastellóDomenech CastellóAgencia EFE

Estamos de enhorabuena. Lo clásico está de vuelta. Lo bueno se premia. Se sabe ver. Y hay torero capaces de interpretarlo. Ese Diego Urdiales, que lo tiene todo, que es un absoluto milagro nacido en La Rioja.

La rivalidad entre Morante y Pablo Aguado tiene esa connotación de Sevilla, de su trono, el reino. Trasciende un paso más allá. Y más a las puertas de la Feria de Abril. Un ferión que apetece, al que tenemos ganas. En el ruedo de la Maestranza se dirime este 2022 muchas cosas. ¿Quién será el torero de Sevilla? ¿El que robe el corazón de su afición?