
toros
Ortega se sublima al filo del peligro
Imponente y emocionante faena del sevillano y Puerta Grande de Talavante

Contra todo pronóstico no solo no llovió, sino que hasta salió el sol en un ir y venir que fue la tarde (o el fin de semana). Las imágenes de Illescas y la faena de Ortega el día anterior corrieron como la pólvora. Con 20 muletazos puedes cambiar tu vida. No es el caso, a Ortega ya lo habíamos descubierto mucho tiempo ha, pero esos 20 muletazos hacían que a las cinco en punto de la tarde tuviéramos la ilusión intacta por si uno de la Ventana del Puerto le diera por embestir. Pero el primero no quiso. Sin fuerza y con mal estilo, falto de ritmo sobre todo de mitad de muletazo para adelante. Juan Ortega no brindó, pero buscó la faena por ambos pitones y eso que el zurdo tenía guasa y en más de una ocasión le puso en el abismo. Bonito el embroque de difícil resolución el muletazo. Quedaba otro.
Pedazo puyazo pegó José Palomares al sexto. Arriba. Justo antes de que Ortega deleitara con un quite por delantales. No había hecho las cosas bien el toro hasta entonces, se metía por dentro, sobre todo por el derecho, y no acababa de viajar, pero la esperanza no se pierde. Genuflexo el comienzo, torero siempre, y con dificultades el toro que tenía carbón y poca claridad. Al natural buscó Ortega las líneas maestras de la faena y le robó algún muletazo extraordinario, siempre al filo porque el toro la tenía guardada. Para ser sinceros podía haberse quitado del medio con tranquilidad porque estaba justificado, pero lo cierto es que Ortega rompió su techo, se elevó, multiplicó y tuvo un arrojo descomunal para torear con una despaciosidad que acongojaba a un toro que podía cogerlo en cada muletazo, que se quedaba abajo, que buscaba. Valor sincero, ilimitado, para dar a cambio un toreo de muchos quilates. Emoción y verdad, la base que mueve los cimientos de la tauromaquia.
Talavante se las vio con un segundo de buena condición por la movilidad y franqueza de su embestida. Paso la faena por una fase de transición sin acabar de definirse hasta que fue encontrando las coordenadas al natural y, ya a partir de ahí, con más temple, dibujó el extremeño los mejores pasajes y tras la estocada paseó el doble premio. Fue su gran ocasión porque un gran nubarrón le cayó con un quinto que no se tenía en pie. No había maldad sólo que pasaba más tiempo intentando mantenerse en pie que detrás de la muleta. Abrevió Talavante sin otra opción.
José María Manzanares abrió plaza con un ejemplar que tuvo profundidad en el viaje y repetición. Iba hasta donde le llevaras, pero había que mandarlo. La faena del alicantino fue un traje a su medida de los últimos tiempos. Oficio, empaque y brusquedad en los toques a partes iguales.
El cuarto fue toro bueno por noble y suavón. Para divertirte, pero a Manzanares se le fue la bondad del animal entre los muchos tiempos muertos y una estructura de faena que iba de muletazos de fuera a más fuera.
Ortega nos arregló la tarde.
FICHA DEL FESTEJO:
Domingo 9 de marzo de 2025. Plaza de toros de Olivenza, Badajoz. Dos tercios de entrada. Toros de Puerto de San Lorenzo, 3º y 5º; el resto de La Ventana del Puerto. 1º, con profundidad y repetición; 2º, de buena condición; 3º, sin fuerza, ni ritmo, deslucido; 4º, bueno; 5º, deslucido por inválido; y 6º, peligroso.
José María Manzanares, de corinto y oro, estocada desprendida (oreja); y pinchazo y estocada baja (saludos).
Alejandro Talavante, de nazareno y oro, estocada tendida (dos orejas); y estocada (saludos).
Juan Ortega, de verde y azabache, estocada (saludos); y pinchazo y estocada caída (oreja).
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