San Fermín

Pamplona: ¿Por qué amarla entre todas?

Los Corrales del Gas, un gran comienzo de por qué es diferente

Aficionados contemplan los toros en los corrales del gas
Aficionados contemplan los toros en los corrales del gaslarazon

Sanfermín es el lugar de las mil caras. Todas valen. Todas caben y entre ellas a veces ni se conocen. Está la cara de la fiesta continuada, esta no es precisamente la desconocida. Tiene fama mundial. Pero hay más. Si por algo sus fiestas han dado la vuelta al mundo y viajan de cualquier lugar a aquí, este lugar del norte de España es por esa locura que pone como eje al Toro y lo da a conocer como tótem misterioso que es. Aquí se sabe lo que pasa.

El misterio se va trabajando durante todo el año. No viene cualquier ganadería ni cualquier toro. Esto se llama prestigio. Pasión, amor por las cosas bien hechas, devoción, locura, creer en lo que haces. Aquí la gente sabe qué pasa con los toros de Cebada, que nada tienen que ver con los de Jandilla y tampoco con los de Escolar. Eso es la maravilla de la Tauromaquia.

Corrales del Gas

Y es por eso que una de las paradas obligatorias son los Corrales del Gas para ver cómo son los toros, cuál es la armonía de sus hechuras, sus pitones, su altura, si son bajos, si tienen cuello, la alzada, cómo van de badana, la mirada, ay dios mío la mirada. De eso sí que saben los que se la juegan por la tarde. Y la respiración. Aguantar a esos mastodontes la mirada, que como las personas los hay que la tiene clara y otros te están crucificando, y la respiración, tiene dimensiones planetarias, es ser capaz de pasar a otra pantalla de la partida de la vida y la muerte.

Los Corrales del Gas es comenzar el juego, las apuestas, empezar a vivir los sanfermines, sabiendo un poco más lo que va a pasar. Es una auténtica delicia que no suele estar al alcance en ningún lugar. En otros es un querer y no saber. Por eso Pamplona es tan grande. Y triunfa. La lectura sólo tiene partes positivas para los amantes de la Tauromaquia. Luego ya nos podemos adentrar en las miserias de las manos que mecen la cuna. Pero hoy no, hoy es momento de hacer apuestas y vivir el Toro. Con todos sus miedos, sus misterios y recovecos. Una Fiesta que unió por igual en los Corrales del Gas a mayores, niños, adultos y adolescentes. Es lo que hay. El resto, politiqueo que en este país, en muchos casos, es lo mismo que pamplinas.