Feria de la Virgen de los Llanos

A temblar después de haber disfrutado

Rubén Pinar corta la única oreja de una dura, complicada y exigente corrida de Victorino Martín

A temblar después de haber disfrutado
A temblar después de haber disfrutadoAlcoleaLa Razón

Después de diez intensos días -y sus a menudo asímismo intensas noches- la feria de Albacete echó el cierre. También a lo grande, con una corrida de Victorino Martín a cuyo reclamo acudió tanta gente que casi llenó la plaza. Y tras una serial con triunfos casi a diario y ganado manejable, cambió el guión. Como en aquella célebre sección de La Codorniz, tiemble después de haber reído. Se lidió un encierro muy en el tipo de la ganadería, duro, correoso, áspero y de muy difícil trato si se trataba de buscar el aplauso fácil a base de derechazos y naturales al uso. Pedían toreo sobre las piernas, mucha firmeza, rebajar sus ímpetus, intentar someter, macheteo y tente tieso y matar con rapidez. Sin alardes ni gollerías.

Se ovacionó a su salida al ruedo al que abrió plaza, un albaserrada típico de este hierro que punteó ya el capote de Manuel Escribano y se revolvió con presteza. Luego empujo con ganas en el peto y se fue orientando en banderillas, haciendo muy laborioso el clavar a Escribano el tercer par. Y no dejó que su matador le diese un solo muletazo, pegajoso y con pies no permitió sino que se le llevase a punta de muleta de aquí para allá, recortando y buscando, pidiendo una lidia reductiva que no hubo, optando el de Gerena por abreviar, quitárselo de encima por la vía rápida y esperar a su segundo.

Al que aguardó a porta gayola, viéndose apurado en el embroque. Como apurado se vio para banderillear a un toro que esperaba y apretaba hacia adentro. El desgaste de los dos primeros tercios le atemperó bastante, aunque siempre recortaba al final del muletazo. Escribano anduvo voluntarioso pero sin dar con la tecla que activase a su oponente, dejando una faena deslavazada e inconexa.

Se quedó bajo el capote, tobillero, el primero de Rubén Pinar. Se le dio duro en el caballo y creó no pocas dificultades al de Tobarra, quedándose corto enseguida, mirando y buscando el momento de hacer presa. Derrochó valor y ganas Pinar en una faena imposible en busca de lucimiento a la moderna que remató con una gran estocada que s ele premió con una vuelta al rudo quizá excesiva.

Tampoco fue fácil el quinto, que dio problemas al peonaje en los primeros tercios. Y en el último, apretando a Pinar al mínimo descuido o momento de relajamiento. Muy pundonoroso y entregado, fue sacando muletazos casi de uno en uno hasta redondear un trasteo de mérito por lo que hubo de tragar y el riesgo que asumió.

Se fue a porta gayola Sergio Serrano para recibir al tercero, que acabó comiéndole el terreno y desarmándole tras la larga inicial. Pronto al caballo y encelado. Lo entendió muy bien Sergio, llevándole por bajo, ahormándole, para aprovechar su mayor nobleza y bondad en series muy templadas y ligadas con la derecha. Al natural le costó más humillar y no tuvo tanto recorrido, aunque los hubo de trazo largo y remate todo lo atrás que se pudo. Volvió al pitón derecho para sacar lo que quedaba al toro. Pero todo lo echó a perder con la espada. Una lástima.

Soltó la cara arriba y se frenó el sexto. Empujó con poder en las dos varas que se le administraron y el quedar mermado de facultades le hizo estar más a la defensiva. Se coló ya con mucho peligro en la primera serie y estuvo siempre a la contra, jugándose el tipo el torero a cada pase y a cada instante, justificándose más que de sobra.

Terminó Albacete y, como decía Juan Posada, comienza la otoñada...

FICHA DEL FESTEJO:

Martes 17 de septiembre de 2024. Plaza de toros de Albacete. Décima y última de feria. Casi lleno.

Se lidiaron toros de Victorino Martín, serios, ásperos y difíciles.

Manuel Escribano, de jade y azabache, pinchazo y estocada, silencio; entera y descabello, ovación.

Rubén Pina, de grana y oro, entera y descabello, vuelta al ruedo; entera, oreja.

Sergio Serrano, de blanco y oro, cuatro pinchazos, aviso, entera, descabello, ovación; pinchazo hondo y tres descabellos, ovación.