El toro, el que siempre tiene la última palabra
Hablamos con el ganadero de Garcigrande, hierro triunfador de la pasada edición y sobre el que están puestas muchas expectativas en tardes como la de hoy
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La Feria de Abril ha generado un impacto difícil de olvidar. Parece que hacía falta una feria tan rotunda para reflexionar sobre los aspectos imprescindibles de la Fiesta, entre ellos, evidentemente el toro. Aunque Justo Hernández (ganadero de Garcigrande) reconoce que a veces se pasa por alto la importancia de este animal, «nada es comparable con la importancia del valor del torero». Así, este ganadero, como aficionado, se rinde ante la grandeza de diestros como Morante: «Es una bendición que hayamos podido vivir su época». Sin embargo, Justo asegura que «los grandes triunfos los disfruto más como aficionado que como ganadero». Esta dualidad es la única que puede explicar el sacrificio diario que significa su profesión, tan infravalorada históricamente.
Aunque de la corrida que lidió su hierro en Sevilla solo brilló el quinto de Talavante, esta divisa ya tiene puesta la mente en el resto de la temporada: «Las sensaciones no fueron buenas, pero hay partido. Cuando las cosas no salen como uno espera, toca apretar los dientes». Con «partido» se refiere a la segunda oportunidad que tendrán sus toros en la Feria de San Miguel, en uno de los carteles más rematados de la temporada, con Morante, Juli y Daniel Luque. Los dos toreros predilectos de Sevilla compartiendo cartel con una leyenda. «Nadie se imagina la presión que sentiré ese día», comparte. La otra cara de ser el hierro predilecto de las máximas figuras, con la exposición mediática que eso conlleva.
Pero si es una predilección para las figuras, también ha llegado a serlo para la crítica taurina en Madrid, donde salía como el hierro triunfador de la pasada edición de San Isidro. Al ganadero hasta se le cambia la voz cuando habla de La Monumental: «Es la plaza por la que los ganaderos dejamos de dormir, donde el examen es más exhaustivo y el éxito o el fracaso tienen mayor repercusión».
Sin embargo, este respeto que tiene por Madrid, también lo comparte con Francia. Allí desarrollará gran parte de su temporada. «Es donde mejor se hacen las cosas. Los reglamentos son lo suficientemente flexibles como para permitir que la lógica se imponga a la ley». Así, este ganadero echa en falta que en las plazas españolas se escuche más el criterio del propietario y criador de los toros. Aunque también reconoce que Francia «castiga sin piedad cuando las cosas no salen. Pero considero que es más justo que sea así».
Pero donde sus toros hace años que no pisan es en Pamplona. Al igual que Bilbao o San Sebastián: «Es una gran injusticia que no hayamos vuelto a Pamplona desde el año 2015. Creo que a esa tarde solo le faltó el revuelo en redes que sí habríamos tenido hoy. Pero Pamplona es una plaza donde todas las ganaderías queremos estar y donde el toro cobra todo su valor».
A diferencia del coso pamplonés, Justo sí reconoce que hay otras plazas a las que han tenido que renunciar por cuestión de volumen y número de cabezas.
Esta será la última edición de San Isidro en la que los astados de Garcigrande y Domingo Hernández compartan hierro. Hace tres años Justo y su hermana tomaban la decisión de dividir ambas ganaderías y repartir vacas. Así, Justo es totalmente consciente y consecuente con aquella decisión y no encuentra ningún mérito propio en los recientes éxitos de la ganadería Domingo Hernández.
Pero más allá de alberos, aficiones y climatologías, inevitablemente en las plazas y las ferias también interviene el apoyo político. Un apoyo que ha sido incondicional por parte de la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento local. «Como aficionado no podría estar más agradecido, pero como ganadero creo firmemente que los toros no deben tener color. Debería ser al revés, que la política necesite de los toros y no nosotros de la clase política», opina Justo.
El ganadero analiza el cartel de San Isidro, de los más rematados de este novedoso ciclo, con descansos por primera vez en su historia. Aunque Morante haya vivido alguna que otra tarde hostil en Madrid y no encuentre la inspiración que sí suele hallar en Sevilla, para Justo sigue siendo un sueño que Morante pueda triunfar y callar bocas una vez más (aunque no haya necesidad). Emilio de Justo, quien se reencuentra por fin con la afición madrileña tras su tan desafortunado percance en el Domingo de Ramos de 2022, ya ha demostrado en varias ocasiones su enorme capacidad con estos toros. Pero para Justo, Rufo posee algo especial: «Lo tiene todo para ser lo máximo en esta profesión». Así, el ganadero de uno de los hierros más prestigiosos del campo bravo nacional se mentaliza para el día más exigente de todo su calendario.
El debate de la esencia «torista»
Precisamente, es por el toro por lo que se identifica Las Ventas desde su origen. La diversidad y la integridad son valores indiscutibles en La Monumental. En esta edición, hasta ocho encastes distintos pisarán la monumental. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, sí hay voces que reclaman ajustar las proporciones entre estos encastes.
La nueva estructura del ciclo isidril ha desdibujado inevitablemente la tan reconocible semana «torista» que atraía aficionados de toda España en la recta final de la feria. Entre las ganaderías que se asocian con esta etiqueta permanecen La Quinta, José Escolar, Adolfo y Victorino Martín.
El de La Quinta es, entre estos cuatro, el hierro que aún atrae más a las figuras. Con él se acartelan para inaugurar esta edición El Juli y el peruano Roca Rey, que esta temporada apuesta por abrirse a más encastes en una demostración de capacidad. Ambos acompañarán al toledano Álvaro Alarcón en el día de su alternativa. José Escolar, todo un emblema de los Sanfermines será lidiado por tres matadores de los que no pueden faltar en San Isidro. De oficio y tablas curtidas en todo tipo de encastes. Fernando Robleño vuelve a Madrid tras el discreto mano a mano de Valdefresno por el 2 de mayo. Completa el cartel Gómez del Pilar.
Para el tramo final de la feria quedan dos leyendas del campo bravo español, Adolfo Martín y Victorino Martín. Robleño también toreará con «los adolfos», firmando un merecido doblete por su tarde soñada del pasado año. Le acompañarán en el paseíllo José Garrido y Román. Ambos estaban llamados a ser el relevo natural de figuras como Enrique Ponce o El Juli, pero la generación de Tomás Rufo o Ángel Téllez ha tomado la iniciativa.
Como colofón de las combinaciones, una semana antes de la novedosa «Corrida In Memoriam» (Homenaje a El Yiyo) y dos antes que la Corrida de Beneficencia, Victorino Martín, santo y seña de Madrid, protagonizará la tradicional Corrida de la Prensa. Este año consistirá en un esperadísimo mano a mano entre dos toreros fetiche de la afición madrileña, como son Emilio de Justo y Paco Ureña. Ambos ya saben lo que es triunfar con distintas ganaderías en Madrid. En especial, Emilio es considerado un espada experto en este hierro, con el que ha protagonizado varias de las tardes más memorables de su carrera. Como aquella encerrona en Dax (Francia) con seis «victorinos».
A pesar de la introducción de los descansos y la consecuente reducción de festejos, habrá ganaderías que hagan doblete. En concreto, el hierro de Alcurrucén está llamado a ser uno de los grandes protagonistas de este ciclo, al estar anunciado en dos carteles de máxima expectación, como son la tarde de Morante con El Juli y Tomás Rufo, o el Urdiales, Talavante y Luque. También intervendrá en más de una ocasión, como lo lleva haciendo en las últimas ediciones, los animales de Fuente Ymbro, que lidiarán tanto novillada como corrida.