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Un "western"moral

Joaquin Phoenix y John C. Reilly, ambos en estado de gracia, protagonizan «Los hermanos Sisters», una insólita cinta del Oeste del director francés Jacques Audiard que indaga en el amor fraterno y la dinámica de violencia y utopía en EE UU durante los años de la fiebre del oro.
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Joaquin Phoenix y John C. Reilly, ambos en estado de gracia, protagonizan «Los hermanos Sisters», una insólita cinta del Oeste del director francés Jacques Audiard que indaga en el amor fraterno y la dinámica de violencia y utopía en EE UU durante los años de la fiebre del oro.
La persecución es uno de los grandes tópicos del «western». En «Centauros del desierto», Ethan sale en busca de los comanches que raptaron a su sobrina, mientras que todo el metraje de «El bueno, el feo y el malo» se articula en torno a la persecución entre tres personajes y, a su vez, en pos del dinero. «Los hermanos Sisters», deudora de esos mimbres pero a la vez comprometida con la relectura del «western», parte también de ese móvil. En la novela de Patrick DeWitt de 2011, dos hermanos siguen la pista de un tercer colaborador al que no conocen que les debe poner a tiro a un tipo que ha desairado al Comodoro, un siniestro cacique. Hasta ahí todo en sintonía con la tradición.
Pero el director Jacques Audiard y su guionista Thomas Bidegain quisieron ir más allá, hacer del «western» un relato moral, una búsqueda no solo del dinero sino de la utopía. «Nuestra película habla, en esencia, de dos tíos que van detrás de un tío que corre en pos de otro que está persiguiendo una idea», explica Bidegain. Eso se concreta en lo siguiente: Charlie y Eli Sisters (Joaquin Phoenix y John C. Reilly), que trabajan para el Comodoro, salen de Oregon en 1851 hacia el Oeste con el objetivo de encontrarse con John Morris (Jake Gyllenhaal), un cazarecompensas que tiene que entregarles a Hermann Kermit Warm (Riz Ahmed). Este último es un buscador de oro que se dirige hacia California para extraer el preciado mineral de los ríos mediante una fórmula química que lo pone a la vista en la oscuridad. Pero el afán de lucro propio no es el verdadero motivo de Warm, quien sueña con fundar un falansterio, una comuna, en Texas con el dinero que logre.
«Esa inclusión de la utopía cambia el enfoque de la historia», señala el guionista. Así, «Los hermanos Sisters» se abre a una lectura de las relaciones de poder, la violencia y el pasado traumático de Estados Unidos que pocas veces hemos visto en cintas del género. Aunque suene trillado, no estamos ante un «western» más. De hecho, Jacques Audiard (el prestigioso director de «Dhepaan») confiesa no ser un fan del género: «No me gusta el ''western'' clásico, solo a partir de los años 70». Jamás se le hubiera ocurrido meter sus manos francesas en un mundo tan netamente norteamericano. Pero el actor John C. Reilly le puso el libro en la mano, cuyos derechos había comprado, y le dijo: haz esta película. «Que me lo encargara un intérprete norteamericano, a mí, francés, era como una licencia para hacer un ''western''», dice Audiard. Y a Almería (una de las localizaciones principales de esta cinta francesa que tiene también capital español) se marchó.

Comunicar por telepatía

Allí se encontró por primera vez con un actor que siempre está en su sitio, que parece que huele el papel idóneo de lejos, probablemente el mejor intérprete de su generación: Joaquin Phoenix. Audiard se refiere a él como «el especímen Phoenix». «No sé por dónde empezar», dice con media sonrisa cuando le preguntan cómo es trabajar con este actor tan particular, una fuerza de la naturaleza. «Lo primero que le pregunté es cómo quería que nos comunicásemos. Y él dijo: por telepatía. Es un tipo muy divertido. Si le dices dale la vuelta al caballo y sal por la derecha, él le da la vuelta y sale por la izquierda. Una vez que entiendes eso, es muy excitante trabajar con él. Está muy loco, pero tiene una intuición impresionante», mantiene Audiard.
Phoenix es la mitad de los hermanos Sisters. Charlie, un tipo que no parece dispuesto a renunciar a la vida de violencia que lleva desde joven, a pesar de que su hermano Eli piense en un futuro más calmo, retirados de los caminos, reconciliados con la vida. En pocos «westerns» habíamos visto un retrato tan minucioso del amor fraterno, pues a pesar de sus diferentes caracteres, los Sisters son uno y el mismo. Entrar en su intimidad mientras recorren el largo camino de Oregon a California, por paisajes tan hermosos como variados (las montañas, los desiertos, los bosques y hasta la playa) de la mano de dos actores como Phoenix y Reilly, es uno de los alicientes de este filme. Audiard ve a estos personajes como «unos viejos vaqueros gastados y cansados, pero que son como críos en sus conversaciones, en sus peleas, sus risas. Comparten sus vidas desde pequeños y es como si se hubiesen quedado atrapados en esa edad. La historia trata de cómo avanzan, maduran».
En este sentido «Los hermanos Sisters» tiene algo de «bildungsroman», de progresión moral de dos personajes que hasta el momento no se han planteado que haya nada más allá de las pistolas y el dinero extraído con violencia. Encontrarse con el punto de vista de Morris y Warm les hará replantearse la relación con la sociedad y los valores fundacionales de los Estados Unidos.

Una fábula nocturna

Y es que Audiard ha hecho un «western» a la francesa, que no obstante respeta el género. En la mente de ambos guionistas, señala el director, estaba siempre presente una cinta oscura alejada del Lejano Oeste, «La noche del cazador». Hay un tono de fábula nocturna también en esta película que, además del amor fraterno, muestra con sencillez pero ahondando más que nunca, los vínculos de amistad en el «western». No en balde la cinta está dedicada al hermano de Audiard, muerto hace 25 años. Los lazos de asiduidad y complicidad se estrechan entre los cuatro puntales de la historia: primero Morris y Warm, luego ambos con los hermanos Sisters. Un cuarteto que se reencuentra a sí mismo en plena vorágine de la Fiebre del Oro de California. Ese contexto atraviesa toda la historia. Buscadores de oro, mercenarios y muchos emigrantes que confluyen en Los Ángeles, una ciudad surgida a partir de una promesa de dinero y utopía. «En ese contexto, y con el ''Manifiesto Comunista'' recién lanzado, llegó mucha gente a California muy impregnada de ideas socialistas», recuerda Audiard.
Las españolas Atresmedia y Apache Films se han implicado en la producción del filme. Almería, como en los viejos tiempos del «spaghetti western» y como viene sucediendo en los últimos años con cintas de distinto tipo, ha sido uno de los platós de «Los hermanos Sisters». Phoenix y los demás cabalgaron durante cuatro semanas por el desierto de Tabernas, parajes que serán reconocibles en algunos momentos por los fans del género. Además, Audiard y su equipo también filmaron en Huesca, Navarra y en Rumanía. La cinta se estrenó en el pasado Festival de Venecia, donde recibió una acogida entusiasta de la crítica. Tanto es así que logró el León de Plata al mejor director. Para muchos, éste es no solo el «western» del año sino uno de los mejores de la década.