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"Viento Sur": cine de autor guiado por la luz de un faro

Álvaro García-Capelo sitúa su nuevo y enigmático filme en un faro y los silencios de sus protagonistas, reivindicando espacio dentro la industria para la realización de relatos personales y mal llamados "pequeños"
Un fotograma de "Viento Sur"
Un fotograma de "Viento Sur"Imdb
  • Periodista. Amante de muchas cosas. Experta oficial de ninguna. Admiradora tardía de Kiarostami y Rohmer. Hablo alto, llego tarde y escribo en La Razón

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Desde el interior de un faro en la costa vizcaína donde se confunden las líneas transversales del cielo con las del mar observa Mónica el trasiego impertinente de las caras que poblaron su pasado y se arremolinaron para constituir su soledad presente, incluida la de su hermano Alberto, surfero recién fallecido en un accidente de coche. «Mi hermana es la farera del de Cabo Machichaco (Bermeo, País Vasco). Vive y trabaja en este edificio maravilloso, un entorno privilegiado, y yo pasó allí largas temporadas. Un día recibí la visita, estando allí, de unos amigos actores, María Fernández y Will Keen con su hija Dafne, y se quedaron a pasar unos días. Es María la que me dice en un momento dado: ‘‘Con este entorno tan increíble al que tienes acceso, ¿por qué no escribes algo que sea fácil de financiar y que lo protagonicemos nosotros?’’. Y en ese momento me lancé de cabeza a este proyecto que cumple con todos los requisitos necesarios para considerarse cine de autor», admite entre risas el director Álvaro García-Capelo sobre el carácter marcadamente autogestionado de su nuevo proyecto, "Viento Sur", en el que sólo le ha faltado actuar, ya que tanto la dirección, como la producción y el guión han corrido de su cuenta.
En esta suerte de thriller intimista de generoso metraje (más de dos horas que en determinados pueden llegar a dilatarse de forma innecesaria) acunado por el cariz narrativo de reveladores silencios que dicen más que las propias palabras de sus protagonistas, Mónica se ve obligada a convivir en su faro con un ex convicto condenado por corrupción, Robert, y antiguo amigo de su hermano, a la espera de que llegue un metafórico viento del sur que facilite la tarea de esparcir las cenizas de Alberto por el mar. Reconoce Capelo sentirse fuertemente interpelado por los conflictos morales, ya que «me interesan mucho las elecciones vitales contradictorias, erróneas en algunos casos, la moralidad dudosa de algunos empresarios, las dobleces del ser humano», admite antes de rematar: «Creo que Woody Allen y mis padres han sido los faros más importantes de mi vida».