Así es Lautaro Martínez, el “sustituto” de Luis Suárez en el Barça: toda la vida en un vestuario

En el incierto mercado de fichajes que se presenta por la crisis del coronavirus un nombre está en la mesa del Barcelona: Lautaro Martínez. El argentino sería el típico futbolista de ciento y pico millones en la normalidad anterior, donde todo estaba desorbitado. La normalidad futura habla de falta de dinero en las cajas, no hay «cash», de ahí que el trueque se va a convertir en hábito: intercambio de jugadores sumado a algo de efectivo y que todas las partes queden contentas. El Barcelona necesita un «9» más allá de la llegada de Braithwaite en febrero, y Lautaro es el elegido. El Camp Nou ya sabe cómo se las gasta, el día que el joven atacante recibió la primera lección de quien será su maestro. En la fase de grupos de la Champions el delantero del Inter impactó al Barcelona en una primera parte en la que anotó un gol y no fueron dos por una mano salvadora de Ter Stegen. Pero tras el descanso fue Luis Suárez quien tomó el mando para convertir el 0-1 en 2-1. La convivencia del uruguayo, de 33 años, con el argentino, de 22, es una de las incógnitas, porque Lautaro llegaría para ser titular. El actual «9» del Barça ha reconocido que deben ir buscándole un sustituto, pero durante un tiempo coincidirían.

Cuando Lautaro estaba todavía en Argentina ya señalaba a Suárez como el atacante del momento, aunque su referente siempre fue Falcao. Al ex del atlético lo llamaban el «Tigre» y al futbolista por el que suspira el Barça lo apodan el «Toro». Martínez es como una versión mejorada del colombiano, al que imita en sus movimientos dentro del área, con instinto y buen remate de cabeza; pero al que supera fuera. «Lautaro es fuerte, regatea, tiene gol, sabe proteger la pelota...», lo definió Messi en «Mundo Deportivo». No podía encontrar mejor aliado.

Sus primeros pasos con un balón fueron en el Liniers, equipo de su ciudad, Bahía Blanca en el que también jugó su padre. Mario Martínez era una lateral izquierdo y central que se ganaba la vida en clubes de Segunda división y al que Lautaro seguía. «Nací dentro de un vestuario. Mis recuerdos de niño son el olor a vestuario, a césped», recuerda en una entrevista en ESPN con el ex futbolista Sebastián Domínguez. Empezó como defensa porque era rápido y se lanzaba al suelo a rebañar el balón, como hacía su papá, pero como siempre pasa con los chicos que destacan fue adelantando su posición en el campo, cada vez más cerca del gol, primero como extremo derecho, por fuera; y finalmente como delantero centro. Eligió el fútbol, aunque también se le daba bien el baloncesto. Llamó la atención de Racing de Avellaneda y estuvo en la pensión conviviendo con el resto de jóvenes promesas, donde lo pasó mal porque echaba de menos a su familia. Lloró muchas noches. Una historia tantas veces repetida (como Iniesta en La Masia, aunque el albaceteño era más joven) y, en su caso, con final feliz porque terminó convirtiéndose en referente del primer equipo. En España se le conoció en un torneo sub 20 celebrado en Valencia en 2016. Despertó el interés de clubes como el Real Madrid, pero prefirió esperar. Dos años después aceptó dar el salto a Europa, al Inter, donde el primer curso peleó con el también argentino Icardi por el puesto de atacante y este, el segundo, lo ha hecho suyo. Su compatriota se marchó al PSG. En Italia ha jugado 69 partidos y ha marcado 27 goles.