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Antes que Maradona fue Kempes. Argentina celebra los 42 años de su primer Mundial

La albiceleste festeja el triunfo en el Mundial 78, en el que el "Matador" fue la figura y el máximo goleador

Mario Alberto Kempes fifa.com

Antes que Maradona fue Kempes. El “Matador” fue la estrella de aquella dirigida por Menotti desde el banquillo que se proclamó por primera vez campeona del mundo. La Junta Militar gobernaba el país y muy cerquita del Monumental de Núñez, donde Argentina derrotó a Holanda en la final del Mundial 78, estaba la Escuela de Mecánica de la Armada, la ESMA, donde los militares torturaban sin pudor.

El fútbol actuaba como terapia para el país. Argentina tuvo que llegar a la prórroga para derrotar a Holanda. El gol de Nanninga había igualado el de Kempes. En la prórroga el Matador y Bertoni confirmaron la victoria (3-1) de la albiceleste.

En Holanda ya no estaba Cruyff y en Argentina todavía no estaba Maradona. Kempes fue el máximo goleador y la figura del torneo, aunque como sucedió cuatro años después con Paolo Rossi, terminó sin tantos la primera fase. Esperó a la segunda fase de grupos para estrenarse. Los dos de la victoria ante Polonia y dos más en la tan escandalosa como histórica goleada ante Perú (6-0) que dejaba a Brasil fuera de la final.

“Un día como hoy hace 42 años Argentina logra su primer campeonato del mundo. Formé parte de esa selección y me siento orgulloso de lo que logramos. !!! CAMPEONES !!! Felicidades a todos mis compañeros y cuerpo técnico”, ha publicado Kempes en Twitter, donde además mencionaba a tres de sus compañeros en aquel equipo: Osvaldo Ardiles, el “Pato” Fillol y el “Conejo” Tarantini. “Grande, amigo. Un abrazo muy pero muy grande a todos mis compañeros. Increíblemente orgullosos de todos ustedes. Abrazo muy grande”, le ha respondido Ardiles.

“Argentina tenía que estar en el sitio que le correspondía. Nos sentimos orgullosos de ese Mundial, ese 25 de junio en el que Argentina se consagra por primera vez campeón del Mundo. Es un día muy especial por estos 42 años, con el tiempo uno le va tomando mucho más gustito”, explica Kempes en un vídeo añadido a su celebración en Twitter.

Los goles llegaron con la caída del bigote de Kempes. Le daba pereza afeitarse, pero después de terminar los tres primeros partidos sin gol, Menotti le dijo: “Si en Valencia no jugaba con barba ni bigote, ¿por qué no se afeita de una vez en Rosario y se acuerda de hacer goles?”. El bigote desapareció y los goles empezaron a caer hasta ese decisivo de la final que desequilibraba el marcador en la prórroga.

“Tuve que gambetear a dos defensores y enfrentar la salida del arquero. Le pegué a la pelota y le dio arriba, en las costillas, por lo que el balón se elevó. Me pasé de largo, tuve que regresar y se venían dos holandeses, por lo que alcancé a tocar el balón con la suela antes de que llegasen y se metió muy despacito”. Así explica Kempes el gol más importante de su vida.

El “Matador” era el “10″ de aquel equipo, por jerarquía y porque le correspondía en una selección que distribuía los números por orden alfabético. Por eso el número “1″ era un centrocampista, el “Beto” Alonso. Fillol, el portero, llevaba el “5″ a la espalda y Héctor Baley, el portero suplente, el “3″. La tradicición se mantuvo en los dos siguientes Mundiales, pero con excepciones.

En España ‘82 el número “1″ era Ardiles, Fillol el “7″ y Baley, el “2″. Pero el orden alfabético no regía para Maradona, que se quedó con el “10″ que correspondía a Kempes. En México, cuatro años después, el “1″ le correspondió al delantero Sergio Almirón. El número “10″ de Maradona continuaba siendo la excepció, a la que se sumaba Valdano, con el “11″.

Antes que ellos estaba Kempes, su bigote caído y los goles que llevaron a Argentina a su primer Mundial. “A Holanda le ha faltado Kempes para ser campeón”, dijo Menotti después del partido.

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