Hasta Messi queda marcado tras la debacle del Barcelona ante el Bayern en Lisboa

Desde hace años, la respuesta del Barça cuando se hablaba de su poderío era la misma: «Tenemos a Messi,». Por supuesto que el «10» es un futbolista fantástico, el más importante en la historia del club y posiblemente el mejor de la Historia por la regularidad mostrada. Pero ha quedado demostrado que con eso ya no sirve. En realidad, sucede desde hace tiempo, pero ha hecho falta un 2-8 para que no queden dudas... O no exactamente. En los octavos contra el Nápoles, Gattuso dio pistas. «No son los de antes [dijo del Barcelona]. Tres jugadores no presionan», analizó el técnico italiano. Lo de jugar en función de la inspiración de Messi ya no es suficiente. Y tampoco que el argentino quede completamente al margen de las labores de presión o defensivas. Para progresar, el equipo azulgrana debe pasar de ser «el Barça de Messi» a «un Barça con Messi».

No es justo hablar de un solo Barça de Messi porque son 15 temporadas y media en el primer equipo. El momento brillante fue con Guardiola en el banquillo. Eran el mejor equipo del mundo y ganaron catorce títulos en cuatro años... Pero Pep ya vio la dificultad de ir cambiando esa plantilla que lo había conquistado todo. Se fue y el relevo fue llegando para tener un repunte con Luis Enrique: Rakitic, Neymar, Luis Suárez, Jordi Alba... Fueron ocupando el lugar que dejaban Puyol, Xavi (el último año fue suplente) o Iniesta (se fue antes de serlo). Esta vez no se ha hecho con éxito y el final del ciclo ha sido demasiado duro.

Ter Stegen, Piqué, Alba, Busquets, Suárez y Messi. Seis jugadores titulares en la última Champions que levantó el Barça en 2015 repitieron ante el Bayern. Todos, menos el portero, están por encima de los 30. Lo mismo que Vidal, que también jugó, y Rakitic. El equipo ha ido envejeciendo y los sustitutos no han tomado el puesto. La superioridad física del Bayern fue aterradora. La intensidad marcó el choque, no la calidad. El agobio fue tal que el conjunto español perdió 99 balones y por momentos no conseguía pasar del centro del campo. Todos los duelos eran para los alemanes. También en el Bayern había cinco futbolistas con 30 o más, pero ninguno salvo Neuer supera los 31 y Davies tiene 19, Kimmich, Goretzka y Gnabry 25...

En el Barça De Jong fue la única cara joven nueva, y el holandés también fue engullido por el tsunami alemán. Es de los pocos intocables, además de Ter Stegen, aunque el guardameta tampoco tuvo su noche. Messi, según la «Cope», está mosqueado. Tiene en su mano irse el próximo verano gratis. Ya tendrá 34 años. Ni siquiera él es eterno, pero sí se cuenta con él, claro. Su renovación está pendiente. El resto de veteranos... El propio Piqué dijo que estaba dispuesto a dar un paso a un lado. Alba tuvo otro día negro, Busquets va a menos cada curso y Suárez ya ha dado lo mejor. Por no hablar de los Rakitic y Vidal; o Semedo, un jugador que siempre está en el mercado de posibles salidas y se termina quedando. Griezmann no ha encajado, pero venderlo por mucho dinero en este año va a ser imposible y quizá con otro técnico cuaje. Y Dembélé, si no se lesiona. Pero nadie va a ser imprescindible. No se trata de cambiar a toda la plantilla, pero sí de dar cuatro o cinco retoques y que jóvenes con Ansu Fati o Riqui Puig vayan tomando forma. Pero eso requiere paciencia, y en el fútbol no los hay.