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El Barcelona de Ansu Fati golea al Villarreal (4-0)

Gran estreno de Koeman en el banquillo con el canterano en plan estrella. Messi volvió a sonreír y marcó un gol

Rodó el balón y fue como un bálsamo para el Barcelona, que ha vivido una última semana de traca después de un verano para olvidar, desde la pérdida de la Liga al intento de «fuga» de Messi, pasando, claro, por el 2-8 de la Champions ante el Bayern. Leo se volvió a enfrentar al club por la marcha de Luis Suárez, pero Koeman no duda de su compromiso en el césped. Al final, al argentino lo que le gusta es jugar al fútbol y sólo con la pelota puede empezar a «curarse», a animarse y volver a creer en el club de su vida. Compañeros como Ansu Fati dieron un empujón de moral al capitán, que pedía una reacción para volver a ser competitivos. Hambre y ganas no le van a faltar a este joven que el 31 de diciembre cumple 18 años. No impresiona sólo lo que hace, también la edad con la que lo hace. El nuevo entrenador lo puso de titular sin dudarlo y el partido fue suyo. El ya internacional con España fue una pesadilla para el Villarreal, al que le hizo de todo: goles, regates... Marcó los dos primeros y le hicieron el penalti que Messi transformó en el tercero, en apenas media hora. Es sólo el comienzo, pero no está nada mal. Después de todo lo que ha pasado, de la brillante puesta en escena que tuvo Luis Suárez en el Atlético y de la locura que es el fútbol, sacando conclusiones con sólo un partido, cuando quedan meses por delante, una derrota en este estreno hubiera llevado tormentas a la Ciudad Condal.

Le faltó firmeza al Villarreal, que se quedó a medio camino de todo. No presionó arriba e intentó ser un equipo muy junto para cerrar espacios, pero por la parte izquierda sufrió un roto. Entre Jordi Alba y Ansu Fati desmontaron al conjunto «amarillo». Acabaron rápido con el partido. El lateral, uno de los futbolistas en entredicho tras el desastre del pasado curso, parece que se ha puesto las pilas. Le pierden a veces sus despistes en defensa, pero en ataque siempre ha sido una solución. Se escapó varias veces con el rival ordenado y el centro no encontró rematador. La primera vez que corrió al espacio más liberado, se asoció con Ansu, que remató de maravilla. Donde normalmente está Messi apareció esta vez el chaval para resolver de forma inapelable, como hizo después en otra salida a la contra comandada por Coutinho.

El doble pivote que plantea Koeman se hubiera considerado un sacrilegio en otras épocas, pero el Barça necesita cambiar. De Jong va a tener más protagonismo con el balón y Busquets, en la presión, y en ataque parece que las posiciones van a cambiar. Messi empezó como «falso 9», la vieja fórmula de Guardiola que llevó a Leo a lo más alto, pero cuando se aburría ahí, donde toca menos balón, se iba al centro del campo o se ponía en la derecha. Coutinho está con ganas y la única duda en el duelo de ayer fue Griezmann, que partió desde la derecha y participó demasiado poco. O no le encuentran el sitio o no encaja en el equipo o está tímido. Queda mucho por delante para seguir buscando.

Y tiempo no quiso perder Ansu, que le echó una carrera a Pau Torres, le ganó y acabó en el suelo. Penalti. Gol de Messi y una sonrisa del «10» de ésas que no ofrece mucho últimamente. El gol en propia puerta del propio Pau justo antes del descanso era lo que le faltaba al Villarreal. La segunda parte sirvió para ver a Pedri, Pjanic, Trincao y el regreso de Dembélé en su enésima oportunidad. El equipo de Emery es fantástico, pero ayer no exigió al nuevo Barça, al que hay que ver cuando necesite mover la pelota con más velocidad.