El Barcelona lo clava ante el Valladolid (0-3)

«Por fin». Dirá un seguidor del Barcelona. El equipo de Koeman cuadró un partido en defensa y en ataque, sin muchos sobre saltos, para tener una jornada tranquila, de las pocas que ha disfrutado en esta Liga. Cambió el sistema el entrenador holandés y funcionó ante un Valladolid demasiado precipitado cuando consiguió tener la pelota. Jugó el Barça con tres centrales y logró superioridades en la salida que le evitaron esas pérdidas en zona de riesgo que tanto le penalizan. Fue un equipo en el sentido amplio de la palabra porque los defensas estuvieron bien y los mediocentros interpretaron su papel de maravilla: Pjanic, la novedad, más retrasado, guardando el sitio y dando salida a las jugadas con precisión de primeras; y De Jong más suelto para irse al ataque y conectar con Pedri y Messi, que volvieron a mostrar su sintonía y que juntos pueden hacer grandes cosas... Si es que les queda mucho tiempo juntos.

Messi no marcaba y se enfadó con los disparos que no le cogían portería, y el que lo hizo en el primer tiempo lo detuvo Masip con un vuelo, pero sí estuvo muy activo y fino, mientras que el canario fue una delicia entre líneas. Tiene una habilidad pasmosa para jugar rodeado de minas y encontrar el pase, la dejada, el regate... Y además curra mucho. Hasta Braithwaite hizo lo que tiene que hacer: moverse como un delantero para atrapar el pase de Dest tirándose al suelo para concluir una jugada colectiva de las que hace no tanto lograba el Barcelona con asiduidad, con Messi en el penúltimo pase haciendo una maniobra de distracción y giro sencillamente genial. Antes, Lenglet había cabeceado un pase del «10» para lograr el primero. El Valladolid, mientras, se perdía: su presión no funcionaba y en defensa sufría porque no llegaban a tiempo a molestar a los rivales, que podían recibir y girarse. Y el par de veces que parecía que sí, se aturulló.

No tardó Sergio en buscar alternativas y lo primero fue meter a Toni Villa, un futbolista más habilidoso para intentar hacer daño, que empezó muy animado. Pese a todo, un gol le metía en el partido, y más ante un rival que pese a estar clavándolo, no va demasiado sobrado de confianza. A balón parado en una falta sacada por Hervías estuvo a punto de lograr ese tanto. Después, apostó por una defensa hombre a hombre. Las fuerzas se igualaron algo, pero el Barcelona seguía disfrutando y Pedri y Messi se volvieron a encontrar. Otra vez en un ladrillo el pase del joven de 18 años para que Leo llegara y diera continuidad a la acción. Y para que marcara, cuando ya estaba hasta desesperando. Sólo por eso, porque por lo demás tenía otra cara: de estar pasándoselo bien.

Quedaba mucho partido y el Valladolid tiró de orgullo, pese a todo, y obligó a Ter Stegen a hacer un paradón a Orellana. El Barça encontró el camino. ¿Le dará continuidad?