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Betis-Sevilla: Un empate en el derbi que a todos frustra y a todos alivia

Ni el Sevilla sacó partido de las bajas de su rival ni el Betis sumó tres puntos pese a jugar mucho mejor. El derbi se quedó a medias

Canales, en el momento de marcar de penalti el empate a uno
Canales, en el momento de marcar de penalti el empate a unoAFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

Un puntito para cada uno y todos contentos. ¿Todos? Más bien nadie. El primer derbi sevillano de 2021 terminó en empate, ese resultado que cualquiera firma antes del partido de todos los miedos pero que, en el fondo, nadie aprecia por constituir la pérdida de una oportunidad de sellar la superioridad vecinal. Antes del partido, un Betis depresivo y plagado de bajas habría aceptado de buen grado las tablas; al final, un Sevilla cobardón e impotente se satisfacía por el punto sumado, arrancado más bien a la falta de puntería de Fekir, que falló un penalti dentro del cuarto de hora final.

Las vísperas fueron sevillistas pero el partido fue bético. De la cruz a la fecha. Pellegrini, más zorro que ingeniero, no quería que su espantosa defensa, la más goleada del campeonato, sufriera otro «waterloo». La solución fue irse a jugar al campo del rival, donde el prudentísimo Lopetegui alineaba en lugar de Fernando a Gudelj, un mediocentro posicional que es más bien un tercer central que, por su deficiente técnica, ciega las vías de salida de balón.

Pero las diferencias eran más de actitud que tácticas. El Betis, espoleado por su desgraciada semana, goleada ante el Levante y brote de coronavirus en su vestuario, apretaba muerto de hambre a un Sevilla que se vio, tal vez, demasiado bonito después de ganar con solvencia al Villarreal. Con Lainez, en la derecha a pierna cambiada, convertido en líder del ataque y pesadilla de Acuña, las dos oportunidades claras del primer tiempo fueron locales; un disparo de Fekir desde el punto de penalti que lamió el palo y un tiro de Canales que, tras rebotar en Gudelj y a portero batido, se escapó por un pelo. Ambas ocasiones fueron generadas por sendas incursiones del mexicano.

La entrada de En-Nesyri en el descanso daba al Sevilla, al menos, alguna presencia arriba: la que no tiene cuando el ariete es De Jong. Un mal despeje de Mandi cayó en los pies del marroquí tras tocar en el trasero de Ocampos y el centro lo remató Suso con precisión junto al poste, como si en vez de pie izquierdo tuviera un taco de billar. Un buen gol para la ventaja más inmerecida de la historia que enseguida enjugó Canales desde los once metros, al transformar un dudoso penalti de Diego Carlos sobre Loren. El tanto del gaditano fue la primera y última aparición sevillista por el área de Bravo.

Escaso de fuerzas y sin recambios en el banquillo, el Betis lo siguió intentando con idéntica intención pero, lógicamente, menos brío. Sólo Fekir pudo sacarse algo de la chistera, pues fabricó un penalti al quebrar en seco a Acuña y quiso coronarse transformándolo él mismo. Bono, inopinado héroe sevillista de agosto a esta parte, detuvo su lanzamiento y el campeón del mundo no pudo transformar el rebote, pese a que le vino a su pierna izquierda. El hombre lo intenta, pese a su aspecto indolente, y no se merece la temporada negra que está firmando. Ya pasó el derbi, pues, para tranquilidad de los miedosos y rabia de quienes gustan de machacar al vecino.