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Tenis

Djokovic descubre el miedo en el Open de Australia, pero sigue adelante

El número uno del mundo pasó un mal rato ante Tiafoe, al que derrota por 6-3, 6-7 (3/7), 7-6 (7/2) y 6-3. El saque le ayudó: 26 servicios directos

El calor afectó a Djokovic en su partido de segunda ronda del Open de Australia ante Tiafoe
El calor afectó a Djokovic en su partido de segunda ronda del Open de Australia ante TiafoeRick RycroftAgencia AP

Estaba colorado Novak Djokovic al acabar el encuentro, quizá por un doble motivo. Por un lado, el calor y la humedad que había en Melbourne, que le afectaron: a cada momento buscaba las zonas de sombra de la Rod Laver Arena para darse un respiro. Por otro lado, por el mal rato que le hizo pasar el estadounidense Frances Tiafoe, que le llevó al límite (6-3, 6-7 [3/7], 7-3 [7/2] y 6-3), pero el número uno del mundo supo sobrevivir.

Hubo un momento en el tercer set en el que el serbio no las tuvo todas consigo. Después de ganar el segundo parcial, el joven norteamericano comenzó mal el siguiente, se vio con 3-0 abajo, pero no se rindió. Remontó, encontró el break, pegó un grito y se creyó capaz de todo. Estaba crecido y sometiendo a un rival que ha ganado 8 veces ese Grand Slam, que conoce esa pista como nadie.

Djokovic posiblemente tenga el mejor revés del mundo, pero esta vez le falló. El duelo en el juego cruzado con el tiro a dos manos, del que suele salir victorioso, le costaba. Cometió demasiados errores por ese lado, se le quedaba en la red, y se desesperaba. Lo que le salvó fue el servicio, ya que conectó 26 saques directos, por 23 de su rival. “Es el año que he jugado aquí en el que las pistas son más rápidas. Y cada vez es más y más rápida. No sé lo que han hecho, pero en estas circunstancias sacar bien es importante”, aseguró el serbio tras ganar. También es verdad que con su segundo servicio sufrió mucho: Tiafoe se metía en la pista para restar muy dentro y a partir de ahí o hacía puntos directos o tomaba el control del juego para dominar y tener a su oponente corriendo de un lado a otro.

Ganar el tie break del tercer set fue una liberación para Djokovic. De nuevo en los momentos delicados supo templar los nervios, que sí afectaron a su oponente: una jugada en la que arriesga de más por aquí, una doble falta... Mientras, Nole se agarraba a la pista. Pero el encuentro no había terminado. Las condiciones seguían incómodas por el calor y por el sol-sombra que se genera, que es molesto. Tiafoe todavía no había tirado la toalla, pero un encontronazo con el juez de silla le dio el empujón definitivo. Estuvo casi todo el encuentro jugando con fuego con el saque, apurando los 25 segundos de tiempo que tiene para servir. Le dieron un aviso y en ese momento delicado llego otro, y esa vez lo que pierde es un primer saque, y empieza a disputar el punto con segundo. Iban 3-3 y 30-30 y comenzó una discusión después del incidente. Se pasó Tiafoe: había ido a por la toalla con parsimonia, pasos cortos, como si no tuviera límite de tiempo, y lo pagó. Djokovic logró el break, en parte regalado por el estadounidense en un último punto que tenía fácil, pero tiró la pelota al lado del serbio, que le pasó en la red. Tiafoe ya no aguantó, mandó por ahí al árbitro, sufrió un “warning” por sus palabras... Estaba desquiciado. Djokovic tenía el partido en su mano. Pasó el sofocón.