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La cuenta atrás de Fernando Alonso hasta el 12-M

El piloto español contará con jornada y media en Baréin para familiarizarse con el monoplaza con el que regresa a la F-1

Fernando Alonso
Fernando AlonsoLuca BrunoAP

Fernando Alonso ya está en plena cuenta atrás para su regreso a la Fórmula Uno. El atropello que sufrió la semana pasada en Suiza no dejó secuelas graves. Tres días después de la intervención, el piloto español salió del hospital y ya el miércoles aparecía en redes sociales ejercitándose (o haciendo que se ejercitaba) y, aparentemente, sin heridas en la cara. Eso sí, la boca estaba cerrada, ya que le faltan algunas piezas dentales que le implantarán en breve. El accidente llegó a poco más de un mes del primer test de pretemporada con lo que las lesiones le permitirán rodar sin problemas. Lo malo para Alonso es el reposo que debe guardar hasta poder empezar con el plan de trabajo que tenía conforme se acercara el momento de subirse al monoplaza. Una «tensión» que el ovetense ha perdido, ya que en los dos últimos años no ha tenido el «estrés» que supone correr durante 20 fines de semana con sesiones viernes, sábado y domingo. El Mundial de Resistencia no era tan exigente y, además, en 2020 sólo disputó una carrera de circuito: las 500 Millas de Indianápolis.

El 12 de marzo estará en Baréin para afrontar la primera de las tres jornadas de entrenamiento que la Federación Internacional de Automovilismo y Liberty Media han programado para 2021. Se desconoce cómo organizarán los turnos de ensayos entre los dos pilotos titulares de Alpine, Ocon y Alonso. En cualquier caso, cada piloto sólo tendrá una jornada y media para familiarizarse con el monoplaza. Un coche que, por otra parte, tendrá pocos cambios respecto a 2020, salvo los exigidos por la pequeña modificación en el reglamento técnico que pretende reducir la carga aerodinámica. Todos han centrado la atención en el regreso de Alonso a la F-1 y el hecho de llegar o no a la primera carrera está asegurado, aunque no sea en las mejores condiciones.

El verdadero objetivo del piloto español Alonso está en 2022. Conoce a la perfección el nuevo marco técnico que cambiará el comportamiento de los coches y tiene una capacidad extraordinaria para adaptarse a las circunstancias. Entender las reacciones y la forma de gestionar los nuevos neumáticos no será fácil para la mayoría de pilotos. Sólo unos pocos lo harán desde el primer momento y costará mucho. Pat Symonds, el que fuera director técnico de Renault en 2005 y 2006 cuando Alonso fue campeón, lo tiene claro. Está convencido de que el español tomará ventaja frente a sus rivales en la primera parte de la temporada. El británico puso como ejemplo la llegada de Alonso a Toyota en el Mundial de Resistencia. En sus primeros días con el coche entendió rápidamente como sacar el máximo partido a determinados elementos, algo que ni siquiera sus compañeros, más habituados al coche, habían descubierto.

Otro aspecto a tener en cuenta será la experiencia de Alonso con las llantas de 18 pulgadas, las que usó en Le Mans y el resto de carreras con un coche con una potencia de 1.000 cv, aunque con un peso, aerodinámica e inercias diferentes a un F-1. Las de ahora son de 13 y, aunque parezca un cambio sin importancia, lo cierto es que lo modifica todo. De hecho, Carlos Sainz estará este lunes en Jerez haciendo un test con Ferrari para probar estos nuevos neumáticos de Pirelli anclados en llantas de 18 pulgadas.

Alonso sabe que 2021 es una temporada de transición y que la creación del nuevo monoplaza está en buenas manos. Sobre todo porque su nuevo jefe, Marcin Budkowski, ejerció de director técnico de la FIA hasta finales de 2017 y conoce muy bien los entresijos del nuevo reglamento, ya que estuvo muy cerca de su germen. Incluso, cuando salió de la Federación muchos equipos protestaron por la información privilegiada que tenía de otros equipos y detalles futuros. Algo que el polaco desmintió. Alonso tendrá un año para recuperar sensaciones, trabajar en el nuevo monoplaza y engrasar una estructura que lo tiene todo para volver a lo más alto cuando todos arranquen del mismo casillero. Además, la limitación de presupuesto también jugará a favor de los equipos considerados medianos a la espera de que los grandes «sufran» ligeramente los estragos de tener que trabajar con menos recursos.