Ciclismo

La reflexión del ciclista al que expulsaron por regalar un bidón a un niño: “Querida UCI...”

Fue durante el Tour de Flandes, que ganó Van Vleuten

El momento en el que Michael Scharr lanza el bidón a los espectadores, gesto por el que fue descalificado
El momento en el que Michael Scharr lanza el bidón a los espectadores, gesto por el que fue descalificadoLa Razón

Van Vleuten ganó el Tour de Flandes, una carrera que dejó una imagen poco habitual en el mundo del ciclismo: el suizo Michael Scharr fue descalificado por lanzar una botella a la cuneta, para que la recogiera un niño que estaba presenciando la prueba. Desde el pasado uno de abril, eso está sancionado con la expulsión y Scharr se dio cuenta poco después de hacerlo.

Un día después, el suizo quiso dar explicaciones de lo que había sucedido, y lo hizo con una reflexión en su cuenta de Instagram que titular: “Querida UCI: ¿Por qué los niños empiezan a hacer ciclismo?”. Esto es lo que escribe, para poner en cuestión la nueva regla:

“Lo recuerdo como si fuera ayer. Mis padres nos llevaron a mi hermana y a mí al Tour de Francia de 1997. Fuimos en coche hasta los parques y esperamos allí durante horas en medio de la multitud. Finalmente llegó la caravana publicitaria y todos cogimos algunas golosinas. Más tarde llegaron las primeras motos de la policía y el helicóptero se cernía sobre nosotros. Exactamente esta atmósfera electrizante del grupo que se nos acerca fue para mí un cambio de vida. Me quedé infinitamente impresionado por la velocidad y la facilidad con la que estos ciclistas podían andar en bicicleta. No quería nada más en mi vida que convertirme yo mismo en un ciclista profesional.

A partir de este momento fui impulsado por un sueño. Además de esa impresión, recibí una botella de un profesional. Esta pequeña pieza de plástico completó mi adicción al ciclismo. En casa, esa botella me recordaba todos los días cuál era mi sueño. Manejaba mi botella amarilla del Team Polti todos los días con total orgullo. Ahora soy uno de esos profesionales que corren por donde están todos esos espectadores felices. Durante los momentos tranquilos de la carrera siempre mantengo mi botella vacía hasta que veo a algunos niños al lado de la carretera. Luego los arrojo con cuidado justo donde puedan atraparlo de manera segura. Hace dos años le di un biberón a una chica al lado de la carretera. Sus padres me dijeron que la niña no solo estaba feliz con este bidón por un día. No, ella todavía habla de esta botella. Y tal vez algún día ella también se convierta en ciclista. Estos son momentos por los que amo nuestro deporte. Nadie puede quitarnos eso. Somos el deporte más accesible que regala bidones por el camino. Simple como eso. El ciclismo es simple”.