
Estados Unidos
Ron DeSantis, el político que se atrevió a desafiar a Trump y hoy está "completamente desplomado"
El gobernador de Florida se ha convertido en el último cadáver de Trump, a quien disputó la candidatura a la Presidencia de EEUU. Hoy se encuentra aislado de su partido y hundido anímicamente

Hubo un tiempo en el que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, se creyó todo lo que decían de él. Que era la gran esperanza del Partido Republicano "de verdad", el único capaz de desafiar a Donald Trump y el político llamado a ser el presidente número 47 de Estados Unidos. Y por eso dio el salto y se enfrentó al temido enemigo. Dio el salto y, por supuesto, cayó al vacío. Y no ha salido de él.
DeSantis es posiblemente el mejor ejemplo de la lista de cadáveres que acumula a su alrededor el actual presidente de Estados Unidos, que hasta el momento ha ido destrozando rivales en su propio partido y en el Demócrata haciendo buena aquella frase de que podría salir a pegar tiros a la Quinta Avenida de Nueva York y no le pasaría nada.
Apenas dos años y medio después de su bautismo como el elegido del Partido Republicano en una aduladora portada del New York Post, De Santis se encuentra aislado del escenario político nacional, en conflicto con su otrora leal legislatura de Florida y avanzando con dificultad hacia la meta de su segundo mandato con un futuro incierto, según el atinado retrato que ha hecho de él The Guardian.
Ha sido una caída de una velocidad y magnitud asombrosas. Y aunque pocos están dispuestos a descartar por completo un regreso para un político de 46 años que era el favorito de la extrema derecha republicana hasta que se atrevió a desafiar a Donald Trump, lo cierto es que el político está hundido anímicamente.
"Está completamente desplomado y ciertamente ahora lo tratan como un gobernador más estándar y vulgar", dijo Aubrey Jewett, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Florida Central al diario británico.
"Ha perdido la capacidad de sacar adelante las cosas. Ha perdido ese brillo que en un momento parecía infalible en los círculos conservadores republicanos. Sin duda, ha vuelto a la realidad, y en parte es obra suya, porque gobernar con un estilo autocrático no suele generar muchos aliados", expresan los analistas consultados.
Además, el control que alguna vez ejercía DeSantis sobre los legisladores de Florida se ha debilitado, reemplazado por un disenso abierto, una hostilidad amarga y un lanzamiento de insultos sobre una serie de temas mientras las dos cámaras legislativas dominadas por los republicanos intentan revertir seis años de pasividad y restablecerse como una rama co-igual del gobierno.
Y eso no es lo peor. DeSantis, en palabras del presidente de la Cámara de Representantes de Florida, el republicano Daniel Pérez, ha comenzado a contar “ mentiras e historias que nunca sucedieron” y se ha vuelto cada vez más propenso a “rabietas”.
Por si fuera poco, le persigue la sombra de un escándalo financiero. Algunos republicanos, incluido Pérez, quieren saber cómo 10 millones de dólares de un acuerdo legal de 67 millones de dólares destinado a los contribuyentes de Florida terminaron canalizados a través de Hope Florida, una organización sin fines de lucro que fundó su esposa, Casey DeSantis, a comités de acción política operados por los aliados de su esposo para ayudar a anular las enmiendas electorales del año pasado sobre el aborto y la marihuana.
DeSantis se ha visto eclipsado por los recién llegados en ascenso en el firmamento de Trump, en particular el vicepresidente JD Vance y Marco Rubio, el ex senador de Florida y actual secretario de estado, ambos nombrados por el presidente este mes como posibles sucesores.
“Cabe destacar que cuando le preguntaron a Trump quién podría sucederlo, no mencionó a DeSantis en absoluto”, recuerdan los analistas citados por The Guardian. “Cuando DeSantis desafió a Trump por la nominación presidencial, esto irritó a Trump y a muchos de sus partidarios, quienes hasta entonces generalmente lo apreciaban”.
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