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Marina Granovskaia, la mujer más enigmática y poderosa del fútbol mundial

Comenzó como asesora de Abramovich en la petrolera Sibneft y desde 2014 nadie manda tanto en el Chelsea como ella

Marina Granovskaia
Marina GranovskaiaLa Razón

Marina Granovskaia no suele aparecer en las fotos. Y si aparece, es firmando un contrato o en el palco de Stamford Bridge. Tampoco tiene redes sociales. No necesita exhibirse, le basta con ser la mujer más poderosa en el fútbol mundial. Nadie tiene tanto poder de decisión en la actividad diaria del Chelsea como ella, aunque su cargo de directora tenga por encima al presidente, Bruce Buck, y al presidente ejecutivo, Guy Laurence. A la misma altura que ella, otro director, Eugene Tennenbaum. Pero nadie manda más en el Chelsea que Marina Granovskaia.

La jefa del Chelsea cumplió 46 años en enero y su relación laboral con Abramovich comenzó hace años, en la empresa Sibneft, la petrolera que hizo multimillonario al propietario del club londinense, que la vendió a Gazprom en 2003. A pesar de que su formación está alejada del mundo empresarial, es licenciada en lenguas extranjeras, ha demostrado su capacidad de gestión. Se graduó en 1997 y ese mismo año empezó a trabajar en la petrolera de Abramovich.

En 2003, cuando el multimillonario ruso compró el Chelsea, Granovskaia se trasladó de Moscú a Londres, pero no formó parte de la junta directiva hasta 2013. Desde ese año es responsable de los traspasos en el club, de los fichajes y de las ventas de futbolistas. El Real Madrid ya pudo comprobar su dureza en las negociaciones cuando quiso incorporar a Courtois y a Hazard.

Marina Granovskaia tiene la doble nacionalidad rusa y canadiense, y además de inglés y ruso, habla de manera fluida varios idiomas más. Ella es la responsable de que el Chelsea haya sido el club que más se reforzó el verano pasado, a pesar de la pandemia. Tuvo la «ayuda» de la sanción de la FIFA, que le había impedido fichar la temporada anterior, lo que le permitió generar un ahorro importante.

El Chelsea se ha gastado 247 millones de euros esta temporada en contrataciones como la de Timo Werner, Kai Havertz, Chilwell, Ziyech y Mendy. Thiago Silva y Sarr llegaron libres. Y, a pesar de que sólo ha ingresado 60 millones por traspasos, ha conseguido equilibrar el balance y tener un saldo positivo en sus cuentas de 37,5 millones de euros a pesar de la ausencia de público en las gradas desde marzo del año pasado. Una gestión que ha provocado los elogios de otros presidentes del fútbol europeo, como Karl Heinz Rummenigge, el máximo mandatario del Bayern de Múnich. «Los números del Chelsea son muy positivos. Marina Granovskaia ha hecho un muy buen trabajo», reconoce el capitán de la selección alemana en los años 80.

Granovskaia es cuidadosa con el dinero, a pesar de los grandes traspasos que paga su club. Por ejemplo, exigió que la llegada de Higuaín al Chelsea fuera en forma de cesión porque no estaba dispuesta a pagar 50 millones de libras por un jugador de 31 años. Mérito suyo es también el contrato del club londinense con Nike, que proporcionará 900 millones de euros a la entidad. El Chelsea, con ella, está seguro.