Ceremonia

Homenajes y emoción contenida para inaugurar los Juegos de la pandemia

Sin público, los deportistas saludaban al vacío a unas gradas casi desiertas. Alejandro Sanz participó colaborando en una versión del “Imagine” de John Lennon

Imagen del pebetero, que representa el monte Fuji
Imagen del pebetero, que representa el monte FujiLAURENT GILLIERONAgencia EFE

Mireia Belmonte y Saúl Craviotto suman ocho medallas olímpicos entre los dos y una bandera, la que encabezaba la delegación española en los Juegos. Era la primera vez que había dos abanderados, una fórmula utilizada por muchos más países en la ceremonia inaugural de Tokio 2020. Una manera de reflejar la igualdad entre los sexos.

Sin público, saludando al aire y a los casi mil invitados vips que admitía la organización en el estadio olímpico de Tokio se presentaban los atletas. Con ritmo lento, con mascarillas y guardando las distancias por el protocolo anticovid caminaban en una ceremonia extraña, diferente. Las delegaciones estaban mermadas en el desfile, sólo se admitía a deportistas, sin sus preparadores. Sin ningún añadido. Ellos mismos servían de público una vez acabado su recorrido. Sentados la mayoría sobre el suelo del estadio para aplaudir a los que llegaban después que ellos. Dos horas pasaron hasta que la delegación japonesa, como anfitriona, cerró el desfile. Después, sobre el suelo y en inglés apareció el lema olímpico “más rápido, más alto, más fuerte”, pero con un añadido, “juntos”.

La organización quiso homenajear ese sacrificio que han hecho los olímpicos para llegar hasta Tokio con un año de retraso. Los entrenamientos en casa, aislados, lejos de sus entrenadores y de sus compañeros. Un camino por el que han pasado todos y que se vio reflejado en la presencia de una atleta, una corredora solitaria sobre una cinta de gimnasio. Un enorme vacío la acompañaba, el mismo en el que se vio sumido el mundo entero en el año 2020. Un símbolo de la lucha de los deportistas contra la adversidad. Tokio 2020 quiso acordarse también de todos los que se marcharon por culpa de la pandemia con un minuto de silencio más silencioso que nunca.

Una vez terminado el desfile y leído el manifiesto olímpico, sobre el cielo un conjunto de 1.824 drones dibujó el logo de los Juegos de Tokio 2020 antes de transformarse en una bola del mundo. De fondo, sonaba el “Imagine” de John Lennon en una versión interpretada por varios artistas entre los que se encontraba Alejandro Sanz junto a John Legend y Keith Urban.

La presidenta del Comité Organizador de los Juegos, Seiko Hashimoto, en su discurso quiso destacar el esfuerzo de los trabajadores esenciales y el que han hecho Japón, y especialmente Tokio, para que los Juegos Olímpicos hayan podido celebrarse este año. “Me gustaría ofrecer mis oraciones por la paz”, aseguró antes de destacar a los Juegos Olímpicos como una fuente de unión para el mundo.

“Celebramos que hoy estamos aquí todos juntos”, aseguró Thomas Bach, el presidente del Comité Olímpico Internacional, en su discurso. “Hoy es un momento de esperanza, es muy diferente a cómo nos lo imaginábamos, pero valoremos estar aquí”, añadía.

Una vez que el emperador Naruhito declaró inaugurados los Juegos, aunque ya llevan dos días de competición, la bandera olímpica fue izada por un grupo de trabajadores esenciales. Ya sólo quedaba el momento más esperado y uno de los secretos mejor guardados de la ceremonia, el encendido del pebetero. Aunque antes hubo una espectacular representación de los pictogramas que representan a las 50 modalidades deportivas que se disputan en Tokio y un vídeo con los lugares más representativos de la ciudad iluminados.

La antorcha entró en el estadio y, después de cinco relevos, llegó a las manos de la tenista japonesa Naomi Osaka para encender la llama sagrada del pebetero. Una figura que representaba el monte Fuji se abrió para dejar ver unas escaleras que permitieron a Osaka subir hasta el pebetero, una esfera que se abrió como una flor y que guardará la llama olímpica durante los próximos 16 días.