A octavos

Sheriff-Real Madrid (0-3): Un equipo sin dudas

El equipo de Ancelotti ya está en octavos y se jugará el primer puesto con el Inter. Protagonizó otro buen partido y dominó sin problemas al rival

Había que ir solucionando cosas, decía Carlo Ancelotti algunos días y el Real Madrid ya ha solucionado la primera: el pase a la siguiente fase de la Champions, que parece fácil a no ser que levantemos la vista y miremos alrededor. Mientras los otros equipos españoles llegarán nerviosos y con la sensación de ir a jugársela al precipicio de la última jornada, el Real Madrid buscará el primer puesto en casa contra el Inter. Porque en Tiraspol solucionó su clasificación.

Las cosas, por otro lado, se pueden solucionar bien o se pueden solucionar rápido y mal, que no es más que aplazar el problema. Y el Madrid, que hace unos meses optaba por la segunda opción, soluciona todo ahora bien, a lo grande, confiado y feliz. En una de las horas importantes de la temporada, con el Sevilla, la Real y el Atlético esperando en la siguiente esquina, el equipo de Ancelotti ha cogido velocidad y buenas costumbres. Se vio en la segunda parte contra el Granada y en el modo de afrontar el partido contra el frío y el Sheriff: con calma, pero con insistencia; sin prisa, pero sin dudas y sin desaprovechar las ocasiones que se iba creando. Un Madrid que se lo cree y apunta a todo.

Ha cambiado este equipo de aquel que se llevó un susto en el encuentro de ida cuando el bombardeo contra el guardameta del Sheriff acabó en una naufragio. Hubo quien lo consideró una catástrofe, tan acostumbrado estamos a las hipérboles que nada dicen, y hubo quién pensó que era un accidente solucionable. Entre ellos, Ancelotti y su equipo. Desde que el italiano tomó la decisión de fijar el sistema del once en el 4-3-3 también fijó los jugadores que necesitaba para hacerlo y para evitar accidentes. Las pruebas son un asunto de pasado y las rotaciones una incógnita que el tiempo resolverá. Entre descansos a los jugadores claves o afianzar el estilo del equipo y el momento de forma, el entrenador se ha decidido por lo segundo y sería de cínicos reprochárselo en el algún momento, aunque, evidentemete, lo haremos si el plan no sale.

Todo indica ahora, que es de lo único de lo que se puede hablar, que funciona porque el Madrid presenta una entereza y una continuidad que no se había visto a lo largo del curso. Sólo hay señales positivas y goles que van cayendo en la cuenta del conjunto blanco.

Si durante parte de la temporada no era fácil adivinar la alineación de Ancelotti, ahora la única duda es quién va a jugar como tercer delantero en la banda derecha. La competencia, que Bale ve desde su casa, es apasionante entre Asensio y Rodrygo, mientras Lucas Vázquez se muerde las uñas de impaciencia y aprovecha sus minutos de lateral, y Hazard se hace preguntas existenciales acerca de dónde va a estar en enero. Asensio fue protagonista en Granada y Rodrygo fue muy vertical en el choque de la Champions. Tanto que hasta el Real Madrid no sintió la necesidad de volcarse hacia el lado izquierdo, donde saber que tiene el seguro de vida de Vini. El brasileño pasó por el partido sin tener que hacer de salvador, ese papel que tan bien le sienta y que puede reservarse para otras guerras, mientras Rodrygo lucía sus virtudes por el otro lado: profundidad, regate y combinación. Es un futbolista lleno de promesas, como demostró al encontrarse con Modric en el segundo tanto, una jugada enorme del Madrid en paralelo al área que remató Kroos con un cañonazo con el interior del pie. Esas cosas que hace el alemán de vez en cuando y que ahora, que está de dulce, le salen con más constancia.

Antes del tanto de Kroos, el Madrid ya mandaba en el fútbol, con el balón, llegando con facilidad, jugando cerca del área rival y sobre todo, sin sufrir ningún problema a la contra. Era un partido importante y lo afrontó con la seriedad que requería. Ya está seguro y aprovecha las virtudes de todos los futbolistas. Por ejemplo, Alaba, que va dejando sus perlas de futbolista con mentalidad ofensiva. Ya metió el gol en el Camp Nou y contra el Sheriff lanzó la falta que abrió el marcador y puso el partido boca abajo. Después se marchó tocado. No se puede correr ni un riesgo porque puede que haya que solucionar más cosas la semana que viene.

Para el Sheriff la única esperanza de repetir lo que había ocurrido en el Bernabéu era pillar a un Madrid deprimido o con dudas o cansado. Pero este equipo de Ancelotti, ahora, es justo lo contrario de eso. Si el equipo local aguantaba un marcador corto durante casi todos los minutos, podía soñar. Ya lo hizo en el Bernabéu, pero ayer se cumplió la hora esa de los cuentos en los que llega la realidad y es inapelable. Irá a la Europa League y ha ganado en el estadio del Rey de Europa. Se puede dar por satisfecho el equipo de la una de las zonas más extrañas de Europa.

Sólo tuvo algo de alegría y probó varias veces a Courtois cuando Benzema ya había marcado el tercero y las sorpresas eran una utopía. El Real Madrid se relajó y Ancelotti había cambiado a los laterales, porque Mendy tenía una amarilla y porque quiere proteger a Carvajal.

El entrenador sabe que lo que le dan y si el Madrid está como está ahora, en parte, y no es una parte menor, se debe a la seguridad que le han dado sus laterales. Ni ellos ni nadie duda ya.