Entrevista
Talant Dujshebaev: “Digan lo que digan, sí hay un estilo español de balonmano”
Busca su quinta Champions como técnico (tres con el Ciudad Real y una con su actual equipo, el Kiel) y reflexiona sobre la influencia de los entrenadores de España en el balonmano moderno
Talant Dujshebaev (Biskek, 54 años) admite que han pasado un par de temporadas difíciles sin público en las gradas y por eso celebra volver a Colonia, a la Final Four de la Champions (ha ganado cuatro como técnico, tres con el Ciudad Real y una con su actual equipo), en una situación de normalidad. Hay un conjunto español, el Barcelona, y dos técnicos de aquí, Antonio Carlos Ortega y Talant, que lleva en el Kielce polaco desde hace ocho años y medio. Las semifinales son el sábado: Kielce-Vezsprem (15:15, DAZN) y Barcelona-Kiel (18:00, DAZN).
¿Cómo ha vivido la semana previa a la Final Four?
Está claro que desde hace un par de años, con el coronavirus, no hemos tenido la posibilidad de jugar y de competir con nuestro público, con público en general en las gradas, por eso han sido un poco duros estos dos años, y ahora que por fin volvemos a sentir el calor del público en las gradas, es algo muy especial volver a estar en Colonia y poder competir con los mejores el mundo.
¿La gestión de un equipo para una cita así es fácil?
Nosotros afortunadamente venimos haciendo este equipo desde 2017, cuando empezó la renovación de la plantilla. No tenemos las mismas posibilidades que otros grandes y tenemos que pensar de una manera diferente. Hemos conseguido un equipo muy joven, el segundo más joven de la Champions, y cuando en 2019 nos clasificamos para la Final Four quizá fue un poco antes de tiempo; pero bueno, estábamos muy contentos, aunque en aquel momento no sabíamos competir con los mejores. Estos dos años de coronavirus no hemos logrado meternos en la Final Four, pero ahora el equipo está preparado, estos jugadores ya estaban en 2019 siendo muy jóvenes, con 22 años o 23, y ahora este equipo ya está preparado para comer en la misma mesa con los más grandes.
¿Cómo es el Kielce?
Somos un equipo que pretende estar entre los grandes a nuestra manera. Por supuesto, en la parte económica no podemos compararnos con otros. Ojo, no quiero llorar, estamos buscando alternativas, tenemos una plantilla muy amplia, con jugadores muy jóvenes y hemos cambiado nuestra filosofía de pensar, cómo gastar el dinero, en qué puestos y dónde tenemos las prioridades. Yo estoy muy contento, nos sentimos grandes, en un grupo en el que están los 7 u 8 mejores de Europa.
¿Hay favorito para la Final Four?
El defensor del título es el equipo a batir. Siempre digo que el Barça es el equipo con mayor historial en nuestro deporte, junto con Kiel, y de una semifinal entre ellos saldrá el favorito para la final, pero ni Vezsprem ni nosotros tenemos que envidiarles casi nada.
Otra vez mayoría de entrenadores españoles en la Final Four, con dos. ¿Hay una explicación?
En los años 90, los 2000, hasta 2012 o por ahí, hemos tenido en España a muchos buenos jugadores y entrenadores extranjeros que nos han enseñado y nosotros hemos hecho nuestra propia versión de balonmano, con denominación de origen, el estilo español, y yo me alegro mucho. Cada uno puede discutir o decir que no, me da igual, no voy a entrar en la polémica; digo que el estilo español ha marcado mucho y los entrenadores han hecho una mezcla entre balonmano nórdico, digamos balcánico, balonmano español, y están triunfando y por eso estoy seguro de que nuestros entrenadores han dado mucho o han devuelto lo que han recibido de técnicos y jugadores de otros países. Sobre todo desde 2013, cuando empezaron a emigrar nuestros entrenadores, ha cambiado la forma de ver el balonmano y de jugar.
¿Qué estilo es ese?
Muchas veces la gente, no sé, por envidia o lo que sea, intenta menospreciar este dato, yo no quiero entrar en la polémica ni explicar lo que hemos enseñado y lo que hemos dado. Digan lo que digan, yo les digo: «Hay estilo español, y se acabó». No hay más que hablar. Que luego yo puedo sentarme con cualquiera de ellos, discutir miles de horas y podrán decir su versión y yo podré exponer la mía de lo que es el balonmano español.
¿Por que la Selección española sigue siendo competitiva, pese a la crisis de la liga?
No quiero molestar a nadie y que nadie me malinterprete. Nosotros hemos visto en la generación de Suecia, de la Unión Soviética... Mientras había esa vieja guardia siempre hay posibilidad. Está claro que ahora el balonmano en Dinamarca, Francia, Noruega o el mismo Portugal nos está comiendo el terreno. Vivimos de los jugadores que han sido formados en aquellas épocas de buen balonmano en España y creo que también está bien que muchos de nuestros jugadores jóvenes, con talento, salen al extranjero a buscarse la vida y, sobre todo, mejorar sus prestaciones para la selección. Espero que la selección siga siendo competitiva, pero reemplazar a un Viran o a un Raúl Entrerríos, a un Valero Rivera, Aginagalde... Va a ser difícil, aunque yo confío en otras facetas de los jugadores o de los entrenadores españoles que los van a hacer competitivos.
Ha hablado de la URSS. ¿Cómo era jugar en el CSKA?
El sistema de competición era diferente. Rusia es un país demasiado grande y cuando era la Unión Soviética, más, y con tantos viajes era imposible competir los fines de semana, por eso eran torneos donde se juntaban equipos... Era un balonmano más de pioneros. Y después llegó el tiempo de cambiar todo. Lo recuerdo con cariño, pero la evolución del balonmano ha sido brutal y ahora es diferente al que yo jugaba en los inicios.
«Disciplina», palabra que suele usar, sí aprendería allí.
Sin duda. Yo he sido criado en el CSKA de Moscú que es un equipo militar, allí todos éramos militares y la disciplina estaba siempre en primer lugar. Sin duda aprendí; tanto yo como muchos deportistas sacamos lo que luego hemos podido invertir en el nuevo balonmano, en el nuevo deporte.
¿Y vivir allí cómo era?
Éramos 285 millones de habitantes y la mayoría, el 95 por ciento, éramos gente normal, que era feliz, que estaba contenta con lo que tenía, porque no hay que olvidar que en aquellos años teníamos prácticamente igualdad absoluta, no lo que ocurre los últimos años entre clase élite y clase baja, por eso me considero un afortunado de vivir en aquella época.
Dice que heredó el carácter de su madre...
Mi padre era una persona con mucho respeto, mucha tranquilidad, y mi madre era más de carácter guerrera, aunque por aquellos años con tanta desigualdad entre mujer y hombre no se podía demostrar tan claramente, pero sí que mi madre siempre ha sido la que, digamos, tenía corazón.
¿Sus hijos [Álex y Dani, que juegan en su equipo] han heredado algo de usted en la pista?
Para mí es un motivo de satisfacción que sean deportistas de élite y ganen títulos, que sean ejemplos a seguir; pero como dice mi mujer siempre, estamos orgullosos de nuestros hijos no por lo que representan en la pista, sino por lo que son como personas: gente muy buena y muy normal.
¿Vienen mucho a España?
Sí, sí, hombre... Mis hijos cada vez que pueden se escapan, y yo. Mi mujer desde finales de mayo está ahí con mi nieto, con nuestra nuera. España es nuestra casa y donde pasamos todo el tiempo posible.
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