Tenis

Los sorprendentes mensajes que se han cruzado Kyrgios y Djokovic antes de la final. Con Nadal no pasaría

El domingo juegan el último partido del torneo de Wimbledon, pero antes han estado en contacto en las redes sociales y físicamente

Nick Kyrgios juega su primera final de Wimbledon contra Djokovic
Nick Kyrgios juega su primera final de Wimbledon contra DjokovicAlberto PezzaliAgencia AP

Nick Kyrgios quería enfrentarse a Nadal en semifinales de Wimbledon, pero no pudo ser. Contra el tenista español tiene una relación de amor-odio, muy al estilo del tenista australiano, menos calmado que Rafa y que cualquier tenista del circuito. Por la lesión del español, Kyrgios pasó directamente a la final, donde le espera Djokovic, con quien se lleva mucho mejor. El partido promete, aunque el serbio es favorito. Ha ganado en seis ocasiones aquí y que acumula 27 triunfos seguidos en estas pistas. Está a un partido de sumar su cuarto título seguido, algo que, en la Era Abierta, solo han conseguido Bjorn Borg, Pete Sampras y Roger Federer decía al inicio de la gira de hierba que en esta superficie está entre los cinco mejores del mundo. La pregunta que todos se hacen es si Kyrgios jugará al tenis o a descentrar al rival.

El sábado se encontraron ambos en el entrenamiento. Kyrgios pasó por detrás de donde estaba practicando Djokovic. Éste, que le vio, le gritó: “Han pasado cinco años para que digas algo bueno de mí”. Se refería a que el australiano fue de los pocos que salió en su defensa cuando no pudo jugar en Australia por no estar vacunado.

“Te defendí cuando importaba”, dijo Kyrgios, tan seguro de sí mismo como siempre.

“Lo hiciste y lo aprecio”, contestó Djokovic. Fue la confirmación de lo que había pasado antes en la redes sociales, cuando en Instagram quedaron para después del partido.

“¿Amigos ahora?”, escribió Kyrgios en una storie.

“Si me invitas a beber algo o a cenar, lo acepto. P.D.: El ganador de mañana paga”.

Para Kyrgios eso, claro, no es suficiente: “Hecho, vamos a una discoteca y nos volvemos locos”.

La incógnita, por tanto. es qué hará en la final. Si optará por confiar en su tenis o por descentrar a Djokovic, o al menos intentarlo, con sus batallas con los jueces y consigo mismo.

Puede que ninguna de las dos le funcione. Djokovic, tras un torneo irregular, está de vuelta en su octava final en Wimbledon. Solo perdió la de 2013 contra Andy Murray. El serbio se ha dejado cinco sets por el camino, tres de ellos ante rivales muy inferiores a él y dos en la remontada ante Jannik Sinner, al que le levantó un 2-0 en contra.

No se ha visto al Djokovic más preciso ni más hambriento, pero no le ha hecho falta mostrar su mejor versión para disputar una final en la que es favorito y en la que tiene toda la presión por cercar a Rafa Nadal, que le aventaja en dos Grand Slams. Además, existe la posibilidad de que este sea el último 'major' de la temporada para él, ya que, por su decisión de no vacunarse y si las reglas de entrada a Estados Unidos no cambian, no podrá jugar en Nueva York.

Esta es su oportunidad para poner el 21 en su marcador y despegarse definitivamente de Roger Federe, que quedará como el tercero en la carrera. Se quedará, eso sí, a un título de los ocho de Federer en Wimbledon y a dos del récord de Martina Navratilova.

La historia está en juego para él, mientras Kyrgios disputa el partido que puede definir su carrera. “Hace no tanto pensaba en dejarlo y ahora estoy en la final. Ha sido una locura de viaje”, expresó el de Canberra, que en marzo de este año lucía el peor ránking de su carrera (132) desde que llegó a cuartos de final en Wimbledon 2014 (144).

Tendrá al público a su favor, porque un Kyrgios campeón es el gran entretenimiento del aficionado al tenis, el que le ha mantenido libre de mayores sanciones por parte de la ATP. De no ser por la cantidad de gente que atrae, por su juego vistoso y el drama que le acompaña, nadie sabe dónde estaría hoy el polémico jugador.

"Es un tenista de grandes partidos. Se merece estar aquí y me alegro por él", apostilló Djokovic, que tiene la gran duda de no haberle ganado nunca, aunque sus dos choques fueron en 2017, hace una eternidad.

Solo una final entre Nadal y Djokovic podría haber eclipsado a la que este domingo disputarán Djokovic y Kyrgios, el partido que definirá el ganador entre la historia y la diversión.