Mundial de Waterpolo

Álvaro Granados: «Tenemos un entrenador, David Martín, que es un genio en lo suyo»

Su gol en la final del Europeo ante Croacia es el gran momento del deporte español en lo que va de año. Ahora afronta el Mundial

Álvaro Granados
Álvaro GranadosAgencia EFE

Uno de los grandes argumentos de España para ganar su cuarto título mundial de waterpolo es Álvaro Granados (8-10-1998, Tarrasa). El MVP del pasado Europeo ha comenzado el campeonato con cuatro goles en la victoria, 5-21, ante Sudáfrica. Después de su estreno atiende a LA RAZÓN desde el hotel de la selección en Doha.

¿Qué se hace la tarde después de debutar en el Mundial?

Pues hemos tenido tarde libre y nos hemos ido a comer todos juntos cerca del hotel a una especie de "beach club" que debieron inaugurar en el Mundial de fútbol. Luego un poco de descanso, estamos viendo el Montenegro-Estados Unidos, un poco de sauna, un poco de piscina, cena y a descansar. No nos ha dado tiempo a ver mucho, pero hay rascacielos enormes, hoteles gigantes y calles vacías. Se ve bastante lujo, pero apenas se ve gente por la calle. Unos pocos trabajadores y nada más.

Europeo y Mundial en las seis primeras semanas del año y en verano, los Juegos. ¿Qué opina del calendario?

Yo soy de los que prefieren jugar mucho y entrenar menos, aunque hay compañeros que no opinan lo mismo. Prefiero una temporada con mucha competición y mucho partido, aunque sea duro sobre todo mentalmente. Es mejor que entrenar, entrenar y entrenar y sólo una competición en verano. Después del Europeo tuvimos cuatro o cinco días libres que aprovechamos para estar con la familia, los amigos y desconectar del waterpolo, pero el lunes ya estábamos otra vez concentrados. No es una temporada típica, está siendo dura, pero nos hemos adaptado de la mejor manera posible y el equipo está bastante bien.

¿Cuál es la clave de que el equipo no se baje del podio -con la excepción de los Juegos de Tokio- desde 2018?

Debuté en diciembre de 2015 y mi primer gran campeonato fue el Mundial de 2017 -novenos en Budapest-. Creo que la clave como base del éxito es el grupo humano que se ha formado. Por lo que he podido vivir y escuchar, el grupo humano es excepcional. Luego hay calidad, talento y un entrenador, David Martín, que es un genio en lo suyo la verdad. El equipo confía en él y él confía en nosotros dándonos la importancia y el rol que toca a cada uno. Todo va rodado, no diría que nos falla algo.

¿Se afronta el Mundial igual que el Europeo porque los rivales por las medallas son los mismos?

Sí, se afronta de la misma manera. Este equipo se ha ganado hace tiempo el derecho a considerarse de los mejores y se ha ganado el derecho a aspirar siempre al oro. Sabemos que puede pasar cualquier cosa y que el deporte no te debe nada, pero la sensación de que podemos ganar a todo el mundo con lo competitivo que es este equipo la tenemos siempre. El Mundial se afronta con la misma mentalidad con la que llegamos al Europeo y es ganar el oro.

¿En qué es superior España al resto?

A nivel táctico estamos un paso por delante. David es un genio. Creo que ha encontrado la clave de dar a cada uno el rol en el que destaca y eso es fundamental. Saber hacer cada uno su trabajo es básico y eso lo hacemos muy bien. Tenemos cosas que somos peores. Quizá en el instinto asesino o en el colmillo para acabar con el rival en el momento decisivo. A ganar se aprende también y este equipo ya ha ganado muchas platas y muchos bronces, pero estamos en el momento en que podemos dar un paso adelante para que algunos partidos no se escapen. Tenemos calidad y talento de sobra.

Usted es de los pocos que juega fuera de España. Belgrado es un buen destino para aprender y desarrollar ese instinto asesino...

Ellos han tenido hasta Tokio una generación única que estaba marcada precisamente por ese instinto. Esa competitividad les hacía estar siempre arriba y no perdían finales. Es el espejo en el que mirarnos en cuanto a mentalidad.

¿En qué ha cambiado desde que se fue en 2022 a Belgrado?

Siempre había tenido la inquietud de vivir fuera. Me encanta viajar, conocer nuevas culturas, gente nueva... y vivir en una ciudad como Belgrado en la que el waterpolo y el deporte en general se viven de otra manera... todo encajó. La propuesta profesional era inmejorable y esto me ha ayudado a crecer personal y profesionalmente. En Belgrado, tanto dentro como fuera de la piscina, he aprendido a relativizar. Hay que saber que esto es sólo deporte. Como decía Ricky Rubio aquello de "never to high, never to low". Ni cuando ganas todo es tan bonito, ni cuando pierdes es todo tan duro y tan dramático. Hago esto para disfrutar, soy un auténtico privilegiado y me he dado cuenta que viviéndolo tan intensamente como lo vivo yo o aprendes a relativizar o te destruye. Me he hecho más fuerte.

¿Ha visto muchas veces el gol que valió el oro en el Europeo ante Croacia?

La verdad es que lo he visto unas cuantas veces por el tema de las redes sociales, pero bueno... es pasado. Las finales no me gusta verlas porque son partidos aparte. Las finales no se practican, no se pueden entrenar. Sólo se pueden entrenar jugándolas.

Además de ser la gran amenaza ofensiva del equipo, ¿qué más aporta a la selección?

Diría que pasión. Soy muy pasional dentro del agua y aporto ese tipo de energía. En todos los partidos lo puedo hacer mejor o peor, pero le pongo mucha pasión siempre.

Imagino que es imposible no pensar en París. Serán sus segundos Juegos...

Sí, Tokio fueron un poco raros por lo que me cuentan de anteriores Juegos. Recuerdo que éramos un equipo menos maduro que ahora. Nos faltaba competitividad, ese pisar al rival y es algo que en los últimos años hemos ido cogiendo. A París llega un equipo más maduro y mucho más preparado para los momentos de tensión.

Además del waterpolo, le encanta viajar, la cocina y estudia Derecho...

Sí. Después de los Juegos estamos planteando un viaje a Bali con amigos y lo de la cocina me encanta ir a restaurantes con amigos o con la familia y cocinar para ellos. El movimiento se demuestra andando y el cariño cocinando.

Un lugar para celebrar el oro en Barcelona...

El restaurante Gorria nos tratan muy bien y si no una paella cerca de la playa.

¿Y lo del Derecho?

Estudiaba en la Autónoma de Barcelona y lo pausé por estar en Belgrado. No quería más preocupaciones, quiero acabarla, pero cada cosa en su momento. Me quedan el último cuatrimestre y el trabajo final. Y la asignatura más complicada y la que más he disfrutado, por el profesor, ha sido Derecho Internacional Privado. Tengo inquietudes más allá del waterpolo, pero acabaré waterpolo tarde y a lo mejor se me escapa el tren un poco, pero no me cierro a nada. Ya veremos.