Opinión

Un Atlético indefendible

Lo más importante de la temporada llega en el peor momento de los rojiblancos

Rodrigo de Paul, después del empate del Almería
Rodrigo de Paul, después del empate del AlmeríaCarlos BarbaAgencia EFE

Como viene siendo habitual ya desde hace varias temporadas, el Atlético es un chollo para los equipos de la parte baja de la tabla. Es el rival perfecto para romper cualquier estadística. ¿Qué no le metes un gol ni al arcoíris? Tranquilo, que viene el Atlético. Pasa con los equipos prácticamente descendidos, que cuando se enfrentan a los colchoneros, se convierten poco menos que en el Milán de Sacchi. Los equipos que, con casi total probabilidad, competirán en Segunda el año próximo se convierten automáticamente en bestias negras de los rojiblancos.

Como en estos casos ni los más palmeros tienen manera de defender lo indefendible, ya que el manido argumento del presupuesto no cuela, es evidente que o los jugadores juegan cuando les da la gana o Simeone no sabe preparan partidos contra equipos inferiores. Que algo pasa es innegable. Lo que pasó en Almería no ha sido un accidente sino una constante.

Si a todo eso se le suman los paupérrimos datos del Atlético fuera de casa esta temporada, lo de pensar en remontar la eliminatoria de Copa en San Mamés se convierte en una cuestión de fe. Son trece los partidos de Liga lejos del Metropolitano y el Atlético ha ganado únicamente cuatro y ha perdido media docena. Son unos números impropios de un equipo que pretende pelear por el título.

El Cholo dice ser responsable, pero alega falta de actitud de los jugadores cuando de un bochorno como el del sábado no se puede librar absolutamente nadie. «Nunca dejes de creer» es un lema de batalla del entrenador argentino y lo único a lo que puede agarrarse al aficionado para el partido ante el Athletic Club. Si fuera por sensaciones, más valdría no presentarse, pero como esto es fútbol, donde todo puede pasar, incluso donde no siempre gana el mejor, aún se debe confiar en ver la versión de equipo grande en un partido que puede meterte en una ansiada final. Si veremos al Dr. Jekyll o a Mr. Hyde no lo sabremos hasta el jueves, pero si son supersticiosos vayan cruzando los dedos por si acaso.