Real Madrid Baloncesto
Doncic, en la pasarela
El Armani Milán también cayó rendido ante una nueva exhibición del esloveno.
El Armani Milán también cayó rendido ante una nueva exhibición del esloveno.
No disfrutar de Doncic al margen de los colores tendría que estar castigado con cadena perpetua. ¡Qué maravilla lo visto ante el Armani Milán! El Real Madrid logró su tercera victoria en otras tantas jornadas y lo hizo impulsado por la exhibición del esloveno. Una más en Europa, la segunda esta temporada en sólo tres partidos. Lo que ofreció Doncic ante los italianos se puede resumir con números. Son mareantes: 27 puntos, 8 rebotes, 5 asistencias, 3 robos, 10 faltas recibidas, 41 de valoración y todo en 28:25. Pero el escándalo va más allá de las cifras. Lo mejor es la sensación que da de tener todo controlado. Y cuando digo todo es absolutamente todo, hasta a los árbitros. Si el trío arbitral no tenía claro cuántos tiros libres había que lanzar tras una técnica y una antideportiva, Doncic se lo recordó a uno de ellos. «Son dos tiros», le indicó. El árbitro consultó con un compañero y amén. Es un detalle que da la dimensión sobre la cancha de un genio cuya precocidad recuerda a algunos a Drazen Petrovic. Neven Spahija, técnico del Maccabi y amigo íntimo de Petrovic, es una voz autorizada: «Desde Drazen no se ha visto en Europa una cosa igual».
Que se lo digan al Armani Milán. Los italianos defienden lo justo (encajan 95 puntos de media) y además en las tres primeras jornadas se han topado con los tres últimos campeones (Real Madrid, CSKA Moscú y Fenerbahçe). Si además aparece Doncic como hizo ayer, el mérito es que llegasen vivos a los últimos minutos. Doncic tiene duende. Si le colocan un tapón, el balón le vuelve a caer en las manos; si no aparece en el segundo cuarto, de repente lo hace en el último segundo para palmear un balón y evitar que su equipo se vaya por detrás al descanso... Pero la exhibición fue más allá. Su tercer cuarto fue asombroso. Cuando al Madrid le asaltaban las dudas gracias a la puntería de los milaneses (8/10 en triples para 54-60) apareció Doncic. Jugadas de 2+1 en el poste bajo, robos, pases por la espalda, casi infalible en los tiros libres (11/12 final) y en menos de cinco minutos el Madrid se disparó con un parcial 20-0. El virtuosismo de Doncic tiene además un efecto contagio en el equipo. Sus mejores escuderos ayer fueron Campazzo, Causeur, Taylor, Ayón... eso es más de medio equipo que acompañó encantado el solo de guitarra de Doncic. El argentino está perdiendo el miedo, si es que alguna vez lo tuvo, y es una pesadilla para los rivales. Causeur apenas comete errores y hasta Taylor se anima a anotar canastas importantes. Es lo que tiene la presencia en el equipo de un jugador único. Sin Llull, sin Kuzmic, sin Randolph, sin Thompkins... los focos se centran en Doncic y las respuestas del adolescente son para quedarse boquiabiertos.
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