Eurobasket
Pau se queda solo (98-105)
España cae ante Italia y está obligada a ganar los dos partidos que restan para alcanzar los octavos.
España cae ante Italia y está obligada a ganar los dos partidos que restan para alcanzar los octavos.
Pau Gasol solo no hace milagros. Sus 34 puntos, 10 rebotes y 5 asistencias en 32:12 sólo fueron la muestra de una infructuosa pelea en solitario contra Italia. Porque detrás de Pau no hubo nada, nada de nada. Estuvo huérfano. La inmensa mayoría, incluida la dirección del equipo, sólo restó y eso ante un bloque con un puñado de jugadores brillantes equivale a una merecida derrota. España ya puede empezar a hacer planes de futuro mirando al resto de selecciones del grupo. Ganar a Islandia hoy es imprescindible para no hacer el ridículo y luego llegan Alemania, en el que podría ser el partido decisivo para lograr la clasificación, y el «basket-average». Si España es tercera se libraría de Francia hasta una hipotética y lejanísima final. Siendo segundos –algo muy complicado– o cuartos, los galos aparecerían en semifinales.
A Italia había que derribarla a base de paciencia, mucha paciencia, y defensa, mucha defensa. No hubo nada de nada. Con una Selección escasa de efectivos de talento, aunque los que tiene vayan sobrados, se trataba de desgastar a las referencias para ir minando su resistencia, pero... A pesar de las alternativas defensivas, la Selección nunca se sintió cómoda. Los detalles de Gentile, el talento esporádico de Bargnani, los puntos de Aradori y la omnipresencia de Gallinari permitieron a Italia aguantar los mamporros que propinaba la Selección en el juego interior. Sólo desde el juego interior. Porque Italia, como muchas otras selecciones, no tiene a nadie capaz de frenar a Pau. Los interiores (34 de los 45 puntos al descanso) paliaron una defensa intermitente y la escasa aportación de los exteriores. Sólo Ribas, como durante todo el torneo, ayudó cuando se trataba de mirar al aro. España era superior, pero el talento italiano le permitió sobrevivir al descanso (45-42).
Y lo que había sido cuestión de mera supervivencia se convirtió en una exhibición en el tercer cuarto comandada por el presunto cojo Belinelli. En 3:30, España encajó un parcial de (0-15) sin que hubiera ninguna clase de reacción del banquillo. Las alternativas defensivas eran una broma ante el acierto de los transalpinos y todo lo que sucedía atrás era lo más parecido a un coladero. Gallinari y Belinelli (9/14 triples entre ambos) acribillaron a España. El escolta italiano, que llevaba un mísero 27 por ciento de acierto en el tiro en todo el torneo, anotó 17 puntos en el tercer cuarto. España encajó 31 y en el último, 32: ¡¡¡63 puntos en la segunda parte!!!
Hubo una tímida aparición de San Emeterio para intentar volver a meter a España en la pelea, pero fue demasiado fugaz. Su papel no es ese. Los que debían estar ayudando a Pau no ofrecieron señales de vida. Mirotic fue un lastre en los dos lados de la cancha; el «Chacho», como su compañero de habitación; Llull bastante tenía con sufrir el martirio con Belinelli y Rudy terminó tan ofuscado que se olvidó hasta de sus dolores de espalda. Y Pau seguía solo.
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