Audiencia Nacional

El acta de entrada y registro en casa de Labarta, «traspapelada» siete años

La Razón
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El acta de entrada y registro en el domicilio del exdirector deportivo José Ignacio Labarta, uno de los cinco acusados en el juicio de la Operación Puerto, ha estado traspapelada siete años, desde que se practicó en mayo de 2006 hasta que la Guardia Civil la entregó en el Juzgado el pasado viernes.

Así ha quedado de manifiesto al inicio de la sesión de hoy de la vista oral, cuando el abogado de Labarta, Julián Pérez Templado, ha anunciado que recurrirá la diligencia de ordenación dictada el pasado día 8 para incorporar el acta a la causa y que pedirá su nulidad.

La juez que preside la vista, Julia Patricia Santamaría, ha explicado entonces que, según se ha podido averiguar ahora, el secretario judicial del Juzgado de Zaragoza que se encargó del registro por exhorto -ya que Labarta tiene allí su domicilio- entregó por error a los guardias civiles que lo practicaron el original del acta, quedándose con una copia.

La Guardia Civil, a su vez, entendió que lo que había recibido era una copia, y que el original había sido remitido al Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid, que investigaba la Operación Puerto, ya que este es el procedimiento habitual.

Solo tras descubrirse que el original no figuraba en el sumario, la Guardia Civil compareció el pasado viernes en el Juzgado de lo Penal número 21 de Madrid, del que es titular la magistrada Santamaría, y aportó el documento.

Las defensas se han adherido al recurso anunciado por el letrado de Labarta, subrayando que ninguna de las partes había solicitado la incorporación del acta de registro en la causa.

Mientras tanto, la Fiscalía, la Abogacía del Estado y las acusaciones particulares se han opuesto al recurso, que consideran extemporáneo, y han asegurado que la incorporación del acta a la causa puede realizarse de oficio, sin que ninguna parte lo solicite.

Por último, la juez Santamaría ha señalado que lo sucedido no supone ninguna indefensión para las partes, ya que se trataba de un documento que ya estaba en la causa y al que tanto las acusaciones como las defensas habían dado validez al no haber advertido antes que no se trataba del original, sino de una copia.