Ciclismo
El invitado a la fiesta
Fabio Aru, que no iba a correr el Tour, se reivindica como el aire fresco que puede derrotar y acabar con el dominio de Froome y el Sky. «No tengo miedo a atacarles», afirma el italiano.
Fabio Aru, que no iba a correr el Tour, se reivindica como el aire fresco que puede derrotar y acabar con el dominio de Froome y el Sky. «No tengo miedo a atacarles», afirma el italiano.
Ayer por la mañana, antes de tomar la salida de la etapa que dio otro triunfo, el segundo, a Marcel Kittel, Fabio Aru cumplió con sus fans. Les prometió, junto a su compañero Michael Valgren que si le daban 10.000 «me gusta» a una de sus fotos en las redes sociales bailarían la Macarena. Y antes de partir en la quinta etapa, así lo hicieron. A Fabio Aru, chico tímido y encerrado en sí mismo donde los haya no es normal verle así, tan exaltado. Este último mes todo le acompaña. La forma, los resultados, la serenidad que tanto él repite que le influye. Todo eso, su tremenda exhibición en la Planche des Belles Filles ataviado con la imponente «tricolore» de campeón de Italia que ganó una semana antes del inicio del Tour, le han devuelto la felicidad. Pero hasta hace muy poco no ha sido así.
El italiano se ha convertido por méritos propios en el gran invitado, totalmente inesperado, en este Tour de Francia. Su brutal ataque el miércoles es una bocanada de aire fresco para una ronda gala que arde en deseos de romper la hegemonía de Chris Froome y el Sky. Inesperado porque ni su propio equipo lo había reclutado en el inicio de la temporada para el Tour. Aru planificó correr el Giro que partía de su bellísima Cerdeña en el centenario de la carrera, pero una caída mientras entrenaba en Sierra Nevada apenas un mes antes, trastocó sus planes. No logró recuperarse y tuvo que decir adiós entre lágrimas a la corsa rosa y poner rumbo a Francia.
De allí también salió entre lágrimas el año pasado en su debut en la ronda gala. «Todo me fue mal pero me prometí que iba a volver en cuanto estuviese preparado». Por la fuerza y para salvar la temporada tuvo que alistarse para correrlo y ha bastado sólo una llegada en alto de este Tour para reivindicar su posición. Fue el único que atacó el miércoles y nadie quiso o nadie pudo seguirle. «Pero a partir de ahora eso tiene que cambiar», clama Froome, «ya no podemos dejarle espacio porque hemos visto que está muy fuerte», insiste el keniano, convencido de que tiene rival.
Aru no se achanta. «No tengo miedo a atacar a Froome». Su ídolo desde pequeño es Alberto Contador. Quiere ser como él, que sólo entiende el ciclismo al ataque. Carácter guerrero. Ya ha demostrado que tiene sus mismos genes. Con su triunfo en la Planche des Belles Filles es ahora tercero en la general por detrás de Froome y Thomas, los dos del Sky. Pero no se engaña: «Se ve que está muy bien. No se qué pero algo voy a intentar para atacarle», promete Aru. El Tour y toda la afición ya se frota las manos.
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