Ciclismo

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Hayman, un «guardaespaldas» conquista Roubaix

El australiano, acostumbrado a trabajar para los demás, consigue su primera gran victoria a los 37 años superando en el sprint a Tom Boonen

El australiano Mathew da la gran sorpresa en la París-Roubaix
El australiano Mathew da la gran sorpresa en la París-Roubaixlarazon

El australiano, acostumbrado a trabajar para los demás, consigue su primera gran victoria a los 37 años superando en el sprint a Tom Boonen

Mathew Hayman se llevaba las manos a la cara, sorprendido todavía, cuando los auxiliares del Orica le felicitaban por la victoria. Acostumbrado a trabajar para los demás, le costaba aceptar que había superado a Tom Boonen en el esprint. El belga aspiraba a convertirse en el único pentaganador de la París-Roubaix. Para Hayman era sólo la primera. La única gran victoria de una larga carrera que sumaba ya cinco años sin una victoria.

A los 37 años, el australiano se ha ganado la vida como “guardaespaldas” de sus líderes en el llano, como hizo en la pasada Vuelta con el pequeño Esteban Chaves. Hayman es el capitán del equipo en carrera, el hermano mayor de todos. Fue él, por ejemplo, el que dijo al colombiano que atacara eb la cuestas de Cazorla, donde Chaves ganó la etapa y recuperó el liderato. Por eso fue más dolorosa para todo su equipo su caída en la Het Nieuwsblad el pasado mes de febrero. Se rompió el radio del brazo derecho y parecía que se despedía de la temporada de clásicas. No tuvo tiempo de llegar a Flandes, demasiado exigente para el estado de sus brazos, pero reaparecía sólo un día antes en el Gran Premio Miguel Indurain. Una buena prueba. Anduvo escapado, para demostrarse que la recuperación era completa, como demostró en el Velódromo de Roubaix.

Hayman se había metido en la primera escapada, muy lejos de la meta. Igual que Erviti, el ciclista de Movistar, que ha completado una brillante semana en el pavés. Fue séptimo en Flandes y noveno en Roubaix. “Vaya semanita. Estoy supercontento. En un primer momento te quedas con un poco de sabor agridulce, por no poder seguir a tu grupo de cara al sprint por ir tan al límite. Pero luego reflexionas y te vas muy contento. Si es difícil coger una fuga [por Flandes], coger dos [en Flandes y Roubaix] es una maravilla. Y si la he cogido es porque me ha echado una mano el equipo para entrar. Han hecho un movimiento para meterme en la fuga y es lo que me ha hecho estar”, decía agradecido el español tras cruzar la meta.

Erviti no llegó con el grupo que se jugó la victoria. Se había quedado cortado antes. Igual que dos de los grandes favoritos, Cancellara y Sagan. El suizo, además, sufrió una caída a 46 kilómetros de la meta. Para entonces su victoria ya era complicada. Después, fue imposible. Llegó lejos de los mejores, pero con humor suficiente para despedirse del público en la vuelta al Velódromo. No fue Cancellara el único en caer. No llovió, pero las carreteras todavía estaban mojadas por el agua caída en los últimos días. El Sky, que llevaba cuatro hombres en el grupo delantero, los fue perdiendo poco a poco hasta que sólo quedó Stannard, el único superviviente que peleó por la victoria final. Eran cinco hombres los que se la jugaron: el británico, Boasson Hagen, Boonen, Vanmarcke y Hayman. Los últimos kilómetros fueron una sucesión continua de ataques hasta que se marcharon Boonen y Hayman por delante. Se vigilaban tanto que en la entrada en el velódromo ya estaban todos juntos de nuevo. Boonen se quedó encerrado y no pudo lanzar el sprint como le hubiera gustado. Parecía el más fuerte y se imaginaba ya superando a Roger de Vlaeminck y convirtiéndose en el único hombre capaz de ganar cinco veces en Roubaix. Pero ganó Hayman, un héroe inesperado.

“Me alegro de la victoria de Hayman: han corrido muy bien los Orica, con dos en la fuga inicial. Él también ha estado desde el principio adelante. Es un gran vencedor”, asegura Imanol Erviti. “No hay persona en el mundo que viva y respire más por la Roubaix que Mat Hayman. Eres una leyenda”, le felicitaba su compañero en el Orica Michael Hepburn.

“Todavía no puedo creerlo”, reconoce Hayman, que ha encontrado la gloria en su decimoquinta participación en la carrera. “He tenido bastante mala suerte en los últimos quince años, pero hoy todo estaba bien. Estaba relajado y tratando de no ponerme demasiada presión. A falta de un kilómetro estaba feliz con la posibilidad de estar en el podium y con correr al lado de Tom Boonen”, recuerda. “Si hay un corredor que quieres que gane esta carrera es Mat Hayman”, dice el director del equipo Laurenzo Lapage. “Ha esperado durante mucho tiempo su oportunidad y ha corrido de manera sensacional para conseguir la victoria”, añade. “Es una victoria especial en una carrera especial”.