Vuelta a España

Ciclismo

La Vuelta vuelve a inventarse

Los ciclistas Luis Ángel Maté (i), Alejandro Valverde (2i) y Joaquín Rodríguez "Purito"(d), posan con un mapa, durante la ceremonia de presentacións del recorrido de la Vuelta a España 2015.
Los ciclistas Luis Ángel Maté (i), Alejandro Valverde (2i) y Joaquín Rodríguez "Purito"(d), posan con un mapa, durante la ceremonia de presentacións del recorrido de la Vuelta a España 2015.larazon

Nueve finales inéditos en alto adornan la edición de 2015, que recupera el final en el circuito urbano por Madrid.

La Vuelta ha decidido inventarse cada año una carrera nueva, un recorrido en el que nadie tenga la ventaja de saber antes de tiempo dónde tiene que atacar. Ninguno de los nueve finales en alto se ha subido antes, lo que obliga a todos los favoritos a estudiar. “Nos va a costar un agosto de viajes para conocer todos los finales en alto, pero va a merecer la pena”, advierte Joaquín Rodriguez.

Aunque Purito juega con ventaja. El ciclista de Katusha reside en Andorra y la organización le consultó el diseño de la etapa que será la más decisiva de la carrera. Una etapa con un puerto de segunda, uno de categoría especial y cuatro de primera, entre ellos el último, el de Els Cortals. “No hay descanso”, advierte Purito. Son 140 kilómetros de esfuerzo continuo, que llega después de un día de descanso. Una dificultad añadida para los ciclistas en un terreno que podía haber sido aún peor para ellos. La organización se planteó asfaltar un tramo del camino para hacerlo más duro, pero la etapa se hubiera hecho especialmente complicada en caso de que el tiempo fuera tan infernal como en la última visita a Andorra, cuando la lluvia y las bajas temperaturas paralizaron los músculos de los ciclistas. “Será una etapa para la historia”, asegura Purito.

No defenderá el título Alberto Contador, que dejará la representación española en manos de Purito y de Alejandro Valverde. Ellos dos, junto a Maté, fueron los ciclistas que colaboraron en la presentación, las dos estrellas que tienen confirmada su participación. La presencia del resto de los grandes dependerá de los senderos por los que lleve la temporada. “La Vuelta es la última oportunidad del año”, asegura Eusebio Unzué, “y eso hizo que la temporada pasada estuvieran todos menos Nibali”. Sólo una contrarreloj larga, en Burgos, no debe impedir que los escaladores se peleen por el triunfo final. “Será difícil que las tres grandes no las gane un escalador”, asegura Unzué.

Las sorpresas en la carrera española van de principio a fin. Tiene Unipublic la costumbre de llamar la atención en el comienzo y el compromiso también de respetar las tradiciones. La novedad en la contrarreloj por equipos que abre la carrera en Puerto Banús, adonde llegarán en barco los corredores, es una plataforma que permitirá a los ciclistas terminar la etapa sobre la arena de la playa de Marbella.

La Vuelta respeta los lugares, pero cambia los finales. En la provincia de Granada se aleja de la habitual subida a Sierra Nevada, aunque en los últimos años ha variado, por una llegada a las Alpujarras. Igual que en Asturias, donde los tradicionales Lagos de Covadonga o el Angliru dejan paso a La Ermita de Alba. O en Cantabria, donde se sustituye Peña Cabarga por la llegada a Cabrales.

Es una carrera sin terreno para el descanso desde el comienzo. Ya en la segunda etapa hay un final en alto, una llegada explosiva de las que caracterizan a la Vuelta en el Caminito del Rey. “Nos obliga a los favoritos a estar atentos desde el comienzo”, reconoce Purito. “Es más emocionante para el espectador y también para nosotros”, afirma Valverde. “Mucho mejor que nueve o diez etapas llanas al principio”.

Sólo falta a la tradición la Vuelta al no proponer un gran final en alto para la penúltima etapa, antes del paseo por la Castellana que se recupera este año para finalizar. La etapa sale de Alcalá de Henares, que el año próximo conmemorará el cuarto centenario del fallecimiento de Cervantes, entrará en Madrid por Vicálvaro y pasará por Moratalaz antes de entrar en el tradicional circuito de la capital. “No queremos quemar la Bola del Mundo”, advierte Javier Guillén, director de la Vuelta. Aunque no ha sido el único gran puerto que ha servido para cerrar la Vuelta en los últimos años. El año pasado fue Ancares y hace dos, cuando ganó Horner, fue el Angliru. La organización ha preferido regresar más atrás en el tiempo y recuperar la etapa por la sierra madrileña tan característica del renacer de la Vuelta en los años 80. Quizá porque se cumplen 30 años del primer triunfo de Perico, aunque aquella etapa definitiva terminara en Segovia, en las destilerías Dyc.

Por recorridos como éste, Javier Guillén recibió la medalla de oro al Mérito Deportivo que le entregó la Directora General de Deportes, Ana Muñoz. “La Vuelta ya tiene esta medalla”, dice Muñoz, “pero Javier ha conseguido desde 2009 que se convierta en un referente internacional y un estandarte nacional”. Además, Muñoz destacó de Guillén su capacidad “para encontrar soluciones donde los políticos no sabemos”. Quizá porque la Vuelta es España.