Barcelona
El Chiringuito de Pedrerol: Messi es el único líder
Tras pactar con Bartomeu máxima entrega hasta final de temporada, volvió el mejor Leo y se echó el equipo a la espalda
Estamos viendo a un Messi diferente. Frente al Elche sonreía, saludaba y tiraba besos al Camp Nou, que se decantó por el argentino como claro ganador de su pulso con Luis Enrique. Y ayer contra el Atlético se vio su mejor versión. De nuevo el gran Messi. Ese jugador fantástico. Eléctrico. Participativo. Generoso. Comandando al equipo. Ejerciendo de auténtico líder. Jugando con tanta agresividad que hasta le pitaron un penalti. Asistente y goleador. Un Messi que hasta se metía en las tanganas para defender a sus compañeros. Decisivo en los dos primeros goles de su equipo y autor del tercero. Luchando como un poseso por recuperar el balón cada vez que lo perdía. En definitiva, ayer vi a un Messi totalmente implicado. Un «crack» del que ya no me acordaba. Otro Messi.
El auténtico jefe
El conflicto con Luis Enrique le ha transformado completamente. Sabe que la afición del Barça ha tomado partido por él de forma unánime. Y que Bartomeu y el vestuario también lo han hecho. Ya no tiene dudas. El líder no se toca y el líder es él. No Luis Enrique, como muy claramente se lo ha recordado Bartomeu. Leo sabe que sigue siendo el auténtico jefe del club. Se siente totalmente respaldado y ha respondido. Su padre y el propio Messi prometieron máxima entrega hasta final de temporada si podían contar con el apoyo de todos los estamentos del club. Y del futuro ya se hablará. Ése es el pacto.
Luis Enrique ha perdido autoridad
¿Y ahora qué ha llegado la autogestión al Barcelona, qué pasa con Luis Enrique? Es la otra cara de esta situación. Ha tenido que ceder ante el único líder del equipo. Se ha visto obligado a someterse a su estrella, que sigue sin dirigirle la palabra. Como tampoco le habla Neymar. Su situación no puede ser más difícil. Si gana el Barça, gana Messi. Si pierde, pierde por culpa de Luis Enrique. Ha caído en esa batalla y ahora tiene que tomar una decisión complicada. Puede optar por mantenerse en el cargo con un perfil bajo. Pero podría también negociar su marcha intentando cobrar lo que tiene firmado. Se lo ha ganado haciendo lo que le pidieron cuando fue contratado. Y se plantea también dar un portazo y largarse.
La gran pregunta
Pero es el futuro de Messi el que de verdad preocupa al barcelonismo, no el de Luis Enrique. El futuro de un futbolista que les ha vuelto a ilusionar. Que ya no camina cabizbajo cuando le roban el esférico, ni va por el campo con gesto de enfado, ni muestra un pasotismo preocupante en cada acción. «Yo levanto esto», ha dicho y se ha puesto a ello. Calidad le sobra. Siempre la tendrá. Pero le faltaban las ganas que ahora ha encontrado. Y el respaldo de un grupo que ahora piensa: «Con Messi lo vamos a conseguir». El club ha decidido ayudarle y Leo ha respondido con entrega y liderazgo. Ahora, la pregunta que deben hacerse los culés es: ¿dónde ha estado Messi durante un año y medio?
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