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El derbi «indepe»: A Tebas se le «pincha» el balón
LaLiga firmó un contrato con la empresa Relevent para jugar en Estados Unidos sin consultar con las partes implicadas. Su presidente sólo tiene el «sí» del Barça y el Girona.
LaLiga firmó un contrato con la empresa Relevent para jugar en Estados Unidos sin consultar con las partes implicadas. Su presidente sólo tiene el «sí» del Barça y el Girona.
LaLiga lo tiene todo preparado para que el Girona-Barcelona se dispute en Miami el próximo 26 de enero. Javier Tebas, su presidente, el hombre con más poder en el fútbol español, convenció a los clubes, cuenta con el respaldo de Aficiones Unidas, que han dado el visto bueno a que se juegue un partido fuera de España, pero no contaba con la oposición frontal del Gobierno, de Luis Rubiales, mandamás de la Federación, con el que mantiene una tensa relación, y de la AFE. Su presidente, David Aganzo, nunca ha sido partidario de la idea. Se ha quejado de que no han contado con el sindicato, con los futbolistas, y aunque en la reunión del pasado lunes hubo acercamiento y promesa de mejorar el convenio colectivo sigue en sus trece. No obstante, los jugadores de los equipos implicados dieron su consentimiento, al menos así lo han manifestado públicamente los dirigentes de los clubes catalanes. Al Barça le interesa promocionar su marca en un país como Estados Unidos y al Girona, en teoría, el más perjudicado porque sus abonados se quedan sin ver el partido de Montilivi, le viene muy bien la inyección económica –alrededor de cuatro de millones– que LaLiga pagará como indemnización. Además, la patronal se encarga del traslado de los 1.500 socios que quieran acudir a Miami y de compensar –entradas para el Barça-Girona del día 23 y el reembolso del 40% de los abonos– a los que no vayan al partido.
El problema que se le plantea ahora Tebas, que no va a tirar la toalla fácilmente, es la negociación con la empresa Relevent con la que ha firmado un contrato por 15 años con un montante de 200 millones de dólares. Relevent organiza todos los veranos la llamada Liga Internacional en la que juegan los grandes equipos europeos en Estados Unidos. Un proyecto ambicioso, pero que todavía no ha cuajado lo suficiente en un país donde el «soccer» no está excesivamente implantado. El Madrid-Barça del verano pasado llevó mucha gente al estadio de Miami, pero este año no ha han tenido tanta repercusión los choques del City, del Borussia, de los dos equipos españoles, o de la Roma.
Tebas, que lo mira todo dese el prisma económico, pensó que un encuentro de la competición española allí sería un revulsivo para nuestro fútbol y para LaLiga que compite con la Premier por la hegemonía mundial. Firmó el contrato y pensó que uno de los dos grandes de nuestro fútbol (Real Madrid o Barcelona) tenían que ser protagonistas. Su relación con el Real Madrid es mala, pese a que se confiesa madridista. Y es mala porque Florentino Pérez no está de acuerdo con el reparto televisivo y lo ha denunciado. Desde Concha Espina se sienten ninguneados por la LaLiga. Y esa fue una de las razones por la que el Real Madrid votó en contra del aumento de sueldo de Tebas, que gana, por decisión de la mayoría de los clubes, 1.200.000 euros al año. También se negaron Celta, Athletic y el Oviedo.
Sin el respaldo del Madrid, Tebas negoció con el Barcelona. Tuvo problemas con Bartomeu –no comparte, además, la política del club azulgrana con respecto al proces–, pero solventó el obstáculo y le buscó rival. Se pensó en el Betis, pero el elegido fue el Girona. Se quería una fecha del calendario en que no hubiera muchas incompatibilidades y el Barça estuviera libre de la Liga de Campeones. Y en enero se disputa sólo la Copa del Rey. El derbi de Miami está en medio de los cuartos de final de la competición copera y lo más lógico es que para entonces el Girona haya caído.
Además, el Girona es un club que mantiene una buena relación con LaLiga. Uno de sus accionistas es Pere Guardiola, hermano de Pep y el otro, el Manchester City. «Esta inversión compartida en el Girona FC era una oportunidad indiscutible y atractiva para ambas partes», manifestó Pere Guardiola cuando se firmó el compromiso con los ingleses. Pese a esa firma, el Girona, ciudad de la que fue alcalde Puigdemot, tiene mentalidad nacionalista y en Montilivi ha habido mayoría de gritos de apoyo a la independencia y a favor del proces.
Participar en un partido en donde se pudiera mezclar la política con el fútbol y que Miami se convirtiera en un alegato al independentismo y otras reivindicaciones no le importó a los dirigentes del Girona y tampoco a los del Barcelona, que siempre apuesta por «el derecho a decidir» y tiene su catalanidad por bandera. Cuando a Tebas se le puso sobre el tapete esta cuestión no le dio importancia. Él, que nunca ha negado ser un hombre de derechas y se ha posicionado contra los nacionalismos, cree, quizá se equivoque, que el encuentro en Miami no sería un altavoz del proces.
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