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Una leyenda en 20 capítulos

Roger Federer logra su vigésimo «Grand Slam» al imponerse a Cilic en la final de Australia. En los últimos doce meses ha logrado ocho títulos. Asegura que volverá el año que viene

Roger Federer no pudo reprimir las lágrimas una vez más en Melbourne
Roger Federer no pudo reprimir las lágrimas una vez más en Melbournelarazon

Roger Federer logra su vigésimo «Grand Slam» al imponerse a Cilic en la final de Australia. En los últimos doce meses ha logrado ocho títulos. Asegura que volverá el año que viene.

Roger Federer lleva toda la vida ganando «Grand Slams». El primero fue en Wimbledon en 2003, el número 20, ayer en Melbourne. De Philipoussis a Cilic, de Hewitt a Djokovic pasando por Nadal. 16 años levantando «majors»: 8 en Wimbledon, 6 en Australia, 5 en Nueva York y 1 en París. En Melbourne ha alcanzado la media docena y nadie se atreve a asegurar que va a ser el último. Con 36 años, Federer, como sucedió en la final del año pasado ante Nadal, levantó la Copa Norman Brookes después de cinco sets. Derrotó al croata Marin Cilic por 6-2, 6-7 (5/7), 6-3, 3-6 y 6-1 después de tres horas y tres minutos en el mejor partido de la presente edición. Ha sido un torneo atípico, huérfano de partidos inolvidables, marcado por las lesiones y por las sorpresas. Ante el que hoy aparecerá como número tres del mundo, Federer no necesitó jugar el mejor quinto set de su vida como afirmó después de la última final ante Rafa. Supo contener los palos del balcánico, alterar el ritmo del partido y cometer muchos menos fallos cuando ya no había margen para el error.

Marin Cilic estuvo cerca de ganar su segundo «Grand Slam» después de su victoria en 2014 en Nueva York. El croata aprovechó un cuadro amable y la inoportuna lesión de Nadal en cuartos para aspirar a todo. Y lo hizo hasta el quinto set. Cuando los palos le permitieron dominar a Federer equilibró la final e incluso dispuso de una bola de «break» en el primer juego del quinto set. Federer evitó la rotura y ya no perdonó. El balcánico ha sido el único jugador capaz de ganar algún set al suizo en esta edición. Su derecha, el servicio y el revés cruzado no fueron suficientes para acabar con la leyenda.

Federer ratificó en la final los pronósticos unánimes que se manejaban antes del torneo. En la lista de candidatos sólo Nadal estaba a su altura y una inoportuna lesión –psoas ilíaco que le tendrá tres semanas de baja– se encargó de borrar al número uno del mundo. El cuadro del suizo no ha tenido ningún sobresalto. Sólo ante Berdych en cuartos estuvo más de dos horas en la pista y en la semifinal la retirada de Chung en el segundo set le permitió llegar fresco al día decisivo. Todos los factores le sonrieron.

«Cuento de hadas»

Federer cumple 37 años el 8 de agosto, tres semanas después de la fecha fijada para la final de Wimbledon. Es su próximo gran desafío y donde buscará el noveno título. Meses antes, en marzo, reaparecerá en el primer Masters 1.000 de la temporada, Indian Wells. Sus planes son clavar el calendario del año pasado: jugó 11 torneos y ganó siete. Con 36 años ningún jugador de la historia presenta un balance como el del suizo en los últimos doce meses. «He ganado tres ‘‘Grand Slams’’ en un año, ni yo me lo puedo creer. Sólo tengo que mantener el hambre. No creo que la edad sea un problema, es sólo un número. El cuento de hadas continúa», asegura y eso que en sus palabras de celebración olvidó aquello tan clásico de «nos vemos el año que viene». «Estaba tan emocionado que no sé ni cómo acabé. Fue un momento muy embarazoso. Tuve que acabar en ese momento, pero por supuesto que me gustaría volver el año que viene», afirmó. Pues eso, que queda Federer para rato.