
Fórmula 1
Espionaje y «chivatazos» en la Fórmula 1: de la KGB y el Mosad a Netflix
La Federación Internacional ha endurecido ya desde el GP de China algunas normas sobre aerodinámica tras las denuncias «anónimas» de varios equipos

La Fórmula 1 celebra este fin de semana en China la segunda cita de la temporada y lo hace con pequeñas modificaciones y anexos reglamentarios que reducen el efecto de algunos diseños de alerón trasero, como por ejemplo el de McLaren, que tenía lo que se ha denominado un «mini DRS» con pequeñas aberturas que, según las denuncias de algunos rivales, sobre todo, de Red Bull, podría darle alguna ventaja y no cumplir con exactitud la normativa.
Estas denuncias llegaron al día siguiente del primer asalto del año disputado en Australia la semana pasada y sólo un día después la FIA reescribía el artículo correspondiente. Porque en esto de la F1, la competencia está en la pista, pero fuera de ella se libra toda una guerra fría que haría temblar a cualquier país. De hecho, muchos equipos cuentan con elementos de «defensa» y «espionaje» que muchos estados ya quisieran...
El diseño de un monoplaza, la aerodinámica y los detalles de la unidad de potencia son los más demandados. El clásico del espionaje en las carreras y en los entrenamientos son las fotografías al máximo detalle. Profesionales de muchos medios de comunicación han vendido y siguen vendiendo fotografías de la más alta resolución y detalle a todos los equipos, que estudian cada ángulo y cada canal de los elementos aerodinámicos.
Para espiar los secretos de los motores, hace décadas que las escuderías emplean sensores de audio y micrófonos de largo alcance para analizar las revoluciones en cada aceleración y cada frenada. Fue así como descubrieron algunas de las «trampas» del motor Renault cuando suministraba a Red Bull, como el control de tracción o los gases emitidos con el pedal del acelerador levantado y que servían para ganar algo de carga aerodinámica extra.
En los años 70, extrabajadores de los servicios de inteligencia de Israel (Mosad), Estados Unidos (CIA), Francia (DGS) y la RDA (Stasi) hicieron labores para algunos equipos, como la intervención de las radios para saber los comentarios entre equipos y pilotos, conocer las estrategias (aunque no era como ahora) y otros detalles. También el robo de algunos manuales fue directamente vinculado a algunas agencias de información. Hoy, equipos como Mercedes y Ferrari tienen como socios estratégicos a compañías de ciberseguridad como Crowdstrike y Kaspersky (esta compañía es de origen ruso y con la invasión de este país a Ucrania vio rescindido su acuerdo con la «Scuderia»).
Y ahora Netflix...
Hoy, algunas escuderías mantienen ciertos recelos con las grabaciones de Netflix, que durante todo el campeonato graba cada temporada de la serie «Drive to Survive» y que se emite días antes del comienzo de cada curso. El alcance de los micrófonos es algo increíble. Los equipos se estudian minuciosamente, hay mucho dinero en juego y en el caso de los fabricantes de coches (que buscan avances tecnológicos en el extraordinario laboratorio que es la competición), existe un riesgo de fuga de información que podría cambiar el rumbo de muchas multinacionales dado su enorme valor. Este fin de semana en China, la norma parece haber afectado el rendimiento de McLaren, que ya no tiene su «mini DRS» tan eficaz, pero seguro que seguirán buscando «soluciones».
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