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Bilbao

1-2. La autoridad del tetracampeón

El Sevilla remonta un gol de Aduriz y acaricia el pase a las semifinales de «su» Liga Europa

El delantero del Sevilla Iborra (d) celebra con Vitolo (c) y Gameiro tras marcar el segundo gol ante el Athletic de Bilbao larazon

El Sevilla remonta un gol de Aduriz y acaricia el pase a las semifinales de «su» Liga Europa

Once meses llevaba el Sevilla sin ganar fuera, ni en Liga ni en competición europea, y rompió su maleficio cuando más gustito da. En un San Mamés incandescente y con esa lluvia que antaño alimentaba a los chicarrones del norte y acobardaba a los meriodionales, el tetracampeón de la Liga Europa dio un golpe de autoridad en su torneo fetiche y respondió con una remontada, firmada por Kolo e Iborra, al gol con el que Aduriz adelantó al Athletic al inicio de la segunda parte.

Ni, en general, estos dos clubes de tradición guerrera ni, en particular, estos dos entrenadores tan conocedores de su oficio estaban dispuestos a regalarle un centímetro al rival. El día de perros, además, invitaba a cavar trincheras y sembrar el campo de minas, a lo que se afanaron Valverde y Emery para deparar un partido macho, con roces de papel de lija y pata dura en cada balón dividido. Gente como Williams o Banega encontraba dificultades para maniobrar, mientras que Gameiro y Aduriz, delanteros acostumbrados a la autosuficiencia, trabajaban como galeotes en busca de una ocasión.

La tuvo el vasco, casi al final de la primera parte, con un cabezazo que se fue al exterior del palo, el mismo punto golpeado por Banega unos minutos antes con un disparo lejano. Por parte sevillista, Vitolo estuvo a punto de burlar a Herrerín en su salida con una picadita en una pelota filtrada de Krohn-Dehli, pero el portero vizcaíno interceptó con el brazo. Era un partido falsamente igualado porque el Athletic, con el paso de los minutos, intensificaba su dominio. Emery agradeció que llegase el descanso.

Podría parecer una paradoja, pero no le vino mal al Sevilla el gol del Athletic, que llegó nada más regresarse a la hierba. Un centro primoroso de Muniain encontraba a Aduriz, quien castigaba con su soberbio remate a la defensa aculada de los visitantes. Ardió la grada con el 10, pero las llamas achicharraron a los locales. El mencionado Muniain fue decisivo, de forma involuntaria, en la acción del empate, sobrevenido muy pronto. Quiso ceder a su portero con la cabeza, pero se interpuso Banega, quien sirvió a Kolo. La maniobra del francés, enorme como improvisado lateral, fue de delantero caro: pivotó sobre sí mismo y la puso con la zurda en la escuadra, impidiendo el salvamento de Bóveda.

El gol noqueó a Vizcaya entera: a los jugadores, al público y a los paseantes que anduviesen a esa hora por la calle. Todos bajaron los brazos con el estoconazo inesperado y se resignaron a una sentencia ejecutada por Iborra al rematar un pase «estilo Laudrup» de Gameiro. Se acaban las palabras para elogiar el campañón del ariete sevillista.

- Ficha técnica:

1 - Athletic Club: Herrerín; De Marcos, Bóveda, Etxeita, Balenziaga; San José, Beñat; Williams (Susaeta, m.62), Eraso (Viguera, m.69), Muniain (Lekue, m.62); y Aduriz.

2 - Sevilla FC: David Soria; Coke, Rami, Kolodziejczak, Tremoulinas (Fazio, m.12); Krychowiak, N'Zonzi; Vitolo, Banega (Iborra, .74), Krohn-Dehli (Konoplyanka, m.68); y Gameiro.

Goles: 1-0, m.47: Aduriz. 1-1, m.56: Kolodziejczak.

Árbitro: Mark Clattenburg (Inglaterra). Mostró tarjeta amarilla a los locales Balenziaga (m.51), De Marcos (71), y a los visitantes Rami (68), Banega (69), Vitolo (88).

Incidencias: Partido de ida de cuartos de final de la Liga Europa, disputado en San Mamés ante unos 45.000 espectadores. Entre ellos medio millar de seguidores sevillistas. EFE