Efemérides
La leyenda del equipo ‘loco’ que se marcó 149 goles en propia meta en un partido
Los protagonistas fueron apartados del mundo del fútbol
Se cumplen 20 años de la mayor goleada de la historia del fútbol. Sucedió en la isla de Madagascar, la más grande de África y la cuarta más grande del mundo con una población de 26.251.309 personas. Allí se jugaba la THB Champions League que formaban 128 equipos, los cuales estaban separados en 16 grupos de 8 cada uno. Sin duda, una competición muy seguida por todos los habitantes de la isla que generaba gran rivalidad entre los clubes.
El 31 de octubre de 2002 se enfrentaban el AS Adema (el equipo que iba líder) y el SO l’Emyrne (el eterno rival) en el Estadio Municipal de Mahamasina, de Antananarivo. Nada más empezar el partido, el árbitro Razafintsalama señaló una falta favorable al Adema que enfureció al entrenador del Emyrne, Ratsimandresy Ratsarazaka. Curiosamente, este colegiado ya había arbitrado al equipo afectado en el anterior partido condenándoles con un penalti injusto. Esta decisión supuso que no ganasen un encuentro clave de cara a sus aspiraciones por el título. Volviendo al partido, tras esa falta inicial, el público empezó a abandonar el estadio y a pedir que les devolviesen el dinero de las entradas. En medio de este caos, el entrenador del Emyrne dio la orden a sus jugadores de que se marcasen todos los goles que pudiesen en propia puerta. En efecto, todas las jugadas eran las mismas: los delanteros sacaban desde el centro del campo e iban corriendo hacia su propia portería e incluso los rivales impedían que el resultado fuese tan abultado.
El encuentro acabó 149-0 con una posesión del 100% y lograron una media de un tanto cada 30″, aproximadamente. El resultado pasó a la historia porque fue un récord al superar el 36-0 del Arbroath al Bon Accord en la Liga escocesa en 1885.
Esta anécdota terminó con graves consecuencias: el técnico que ordenó este motín fue expulsado del mundo del fútbol durante 3 años. Mientras que los jugadores que participaron fueron sancionados por un año. Tiempo después, se comprobó que detrás de este árbitro había un proceso de corrupción impulsado por la propia Federación. El ministro de deportes consiguió quitar a todos los miembros implicados en este caso. Desde entonces, no se ha vuelto a ver algo similar. No hay noticias presentes de ninguno de estos jugadores, puesto que todos quisieron vivir en el anonimato.
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