Fútbol

Ancelotti: "Ciao, os quiero mucho"

El entrenador del Real Madrid se despidió del Santiago Bernabéu, roto por la emoción y recordando las noches inolvidables

Lo bueno del paso del tiempo para Carlo Ancelotti es que se va a ir limando los malos momentos, desarmando las críticas y se va quedar con lo mejor, los títulos y las noches inolvidables en el Bernabéu, cuando el estadio recuperó su mejor historia y varias generaciones de madridistas comprendieron que era aquello del miedo escénico, que significado real tenía ese sintagma. Cómo los rivales temblaban cuando el Madrid se ponía a ello, se volcaba y como el estadio se levantaba y todo el mundo allí levitaba.

En el banquillo, un italiano calmado, con unas cejas que recorren kilómetros, un ex futbolista campeón y un entrenador que ha pisado los mejores banquillos del mundo. Ancelotti al mando. El que en la Décima, cuando Sergio Ramos marcó el gol, hizo un gesto con los puños, breve, intenso, pero lejos de las exclamaciones generales del todo el mundo.

Todo eso se vio en el vídeo que mostró el Bernabéu en sus modernas pantallas de un estadio del futuro. Se aplaudió el tanto de Ramos y los goles que vinieron después, todos los que llevaron a las Champions, los títulos, las remontadas.

Mientras Ancelotti tomaba chicles por encima de las posibilidades de las encías. Lo veía en el banquillo, junto a Davide, su hijo. Se secaba las lágrimas, mientras el vídeo terminaba y Ancelotti salía al campo, con un micrófono para hablar.

Cuando más nervioso está más se le nota el acento italiano y más le cuesta hablar en castellano. No podía con la emoción Ancelotti. Repitió su frase preferida: "Real Madrid y nada más". Y dio las gracias a todos y recordó lo que no se puede olvidar: "Nadie puede olvidar los tres goles de Benzema contra el PSG ni los dos goles de Rodrygo contra el City. Ni el pase con el exterior de Modric. Nadie puede olvidar los dos goles de Joselu. Y yo tampoco podré olvidar los días que he pasado aquí"