Ida de semifinales Copa
Xavi y la "no traición" del Barça a su estilo en el Bernabéu: "El Madrid nos obligó a jugar así"
Los azulgrana vencen la primera batalla de las semifinales del torneo del KO sin el balón (35 por ciento de posesión) y sin apenas remates (dos)
Camino al Santiago Bernabéu, en los alrededores, había partes del suelo llenas de billetes falsos de 500 euros con la cara de Joan Laporta y el escudo del Barcelona. Todo está crispado alrededor del equipo azulgrana por el «caso Negreira» y la afición madridista sólo alzó la voz para protestar contra el árbitro, Munuera Montero, especialmente cuando amonestó a Vinicius. Dominó el equipo local, pero no lograba generar ocasiones y el ambiente se fue enfriando tanto como la noche en la capital hasta terminar con una sensación extraña. Porque el Barcelona se impuso en el estadio del eterno rival sin apenas rematar a puerta. Los partidos se imaginan de una manera y en la cabeza de Xavi, en la previa, siempre ve a su equipo dominador y ofensivo y temeroso de las transiciones del Madrid, pero sucedió lo contrario. "El rival a veces te empuja y trabajamos duros en defensa. ¿Cómo le quitas el balón a Kroos y Modric? Hay que defender bien en tu área. No hemos jugado así, el rival te lleve a jugar así. No hemos estado bien con balón ni hemos traicionado nada, el rival nos ha llevado a jugar así, pero también hay que defender y hemos conseguido minimizarlos", analizó Xavi.
Tomó el Bernabéu sin el balón (35 por ciento de posesión), sin apenas rematar y también sin sufrir en exceso. Un equipo azulgrana contra natura que se llevó esta primera parte de las semifinales de Copa jugando como en teoría no sabe. Montó un cuadrado alrededor de su área y empezó a despejar todos los balones que llegaban por alto. Y si eran por abajo, patadón y orden, otra vez colocados y vuelta a empezar. Fue un duelo defensivo extraordinario de los centrales. Se hinchó a hacerlo Koundé, también Marcos Alonso, y vigilaba Araujo a Vinicius de cerca, ayudado por Busquets el día que se convertía en el futbolistas que más Clásicos ha disputado en la historia, 46, superando a Sergio Ramos y a Messi. Lo tiene muy claro el uruguayo contra el brasileño: ante la duda, falta. Y en el cara a cara, dejarle libre la zona izquierda. Por ahi se iba Vini, que al centrar con la zurda perdía precisión y la pelota solía acabar en las manos de Ter Stegen. Era difícil resistir así todo el partido, pero lo hizo, y no sucumbió ni siquiera a la estampida final madridista, que tampoco existió. Acabó despejando balones el Barcelona a la nada y no le importó.
Faltaba la fase ofensiva, castigar un error. ¿Suena a algo? A lo que tantas veces le ha hecho el Real Madrid. Camavinga se enganchó en un pase atrás y la pelota acabó en la portería casi sin querer tras los rebotes entre Militao y Nacho. El remate fue de Kessié. El primero y casi único. El marfileño fue el único que remató a portería en todo el partido, pero el segundo tiro lo «salvó» Ansu Fati cuando se iba para adentro. Le decía el africano a su compañero que tenía que haber saltado, en lugar de intentar rematar. Al Real Madrid no se le contó ni un chut con acierto, por lo que Ter Stegen no tuvo que hacer ninguna parada. Y es que todo fue raro en el encuentro, como que el equipo de Ancelotti doblara en pases a su oponente (599 por 310).
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