Pánico

El drama de un padre en la final de Champions: “Mi hijo de 11 años pensó que iba a morir”

Vivieron momentos de pánico en París, donde la policía lanzó gases lacrimógenos contra ellos

Aficionados del Liverpool, tras la valla que les impedía acceder al Stade de France.
Aficionados del Liverpool, tras la valla que les impedía acceder al Stade de France.DPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Jade Pearce, de 47 años, y su hijo Maxwell, de 11, viajaron hasta París para animar al Liverpool en la final de la Liga de Campeones contra el Real Madrid, pero ni siquiera pudieron acceder al Stade de France para ver el partido desde las gradas. Durante más de dos horas estuvieron atrapados ante una de las verjas que rodean el estadio y el pequeño Maxwell vivió momentos de pánico después de que la Policía francesa lanzara gases lacrimógenos contra ellos.

“Nuestra cola no se movía. No hubo ningún problema causado por los seguidores del Liverpool. Teníamos las entradas oficiales y también todos los que nos rodeaban. Entonces, de repente, Maxwell comenzó a llorar cuando le alcanzó el gas lacrimógeno liberado cerca. Pensó que iba a morir”, relató Jade a la prensa inglesa. “Ya no quiero estar aquí”, cuenta su padre que le dijo el pequeño Maxwell. “Cogimos un tren a nuestro hotel y no vimos nada del partido”, continuó Jade, que se gastó 1.400 euros en el viaje.

El lateral izquierdo del Liverpool, Andy Robertson, calificó en Twiiter como “vergonzoso” lo ocurrido y pidió respuestas: “A los hinchas del Liverpool en París, lo que os ha ocurrido ha sido vergonzoso. Os merecéis algo mucho mejor y ahora deben llegar las respuestas. Espero que todos hayáis vuelto a casa sanos y salvos”.

Jade Pearce agradeció las palabras de Robertson y le contestó a través de la misma red social: “Mi hijo y yo hicimos cola durante dos horas y media para verte jugar antes de que nos lanzaran gas. Estaba petrificado. Nos fuimos porque estaba físicamente asustado. Absolutamente destrozado. Los aficionados del Liverpool fueron un orgullo para el club, cualquiera que diga lo contrario no estuvo allí. Aprecio sus amables palabras”.

Jamie Carragher, leyenda del Liverpool y ahora comentarista de televisión, acusó a la UEFA de difundir “noticias falsas” sobre el comportamiento de los hinchas del Liverpool. Jade Pearce, en respuesta a Carragher, insistió en que “los aficionados del Liverpool no causaron ningún problema” y habló de la “policía arruinó” un evento como es la final de la Liga de Campeones.

“Zona de guerra”

Carl Clemente, aficionado, escritor e historiador del Liverpool, describió los alrededores del estadio como “una zona de guerra”. “He ido a partidos en Anfield y en toda Europa durante 22 años, pero lo que vi el sábado por la noche nunca lo había visto y me ha desanimado para volver a ir. No dejaré de apoyar al Liverpool, pero me lo pensaré dos veces antes de volver a estos eventos”, declaró al MailOnline.

Era la primera vez que llevaba a mi hijo de nueve años a una final. Había querido ir a Kiev y a Madrid, pero pensé que era demasiado pequeño, así que pensé que esto estaría bien, porque tenía la edad adecuada. Por suerte no tuvimos ningún problema para entrar en el estadio, pero los controles eran ridículos y ya parecía un caos. Lo que sí me molestó fue cuando la megafonía del estadio anunció que el partido se retrasaba porque los aficionados llegaban tarde. Eso era completamente falso y no me gustó, era una mentira”, continuó.

“Después del partido sólo queríamos volver al hotel, así que nos dirigimos al punto de recogida acordado para el taxi. Algunos aficionados del Liverpool me dijeron que no fuera hacia allí, porque la policía estaba rociando con gas pimienta y lanzando gases lacrimógenos, pero como era el lugar de recogida, seguí adelante. A medida que nos acercábamos a la policía se notaba la tensión, eran muy intimidantes y parecía que iban en serio con su chaleco antibalas. Era como una zona de guerra. Los disturbios no fueron causados por los hinchas del Liverpool ni por los del Real Madrid, sino que fueron bandas locales las que provocaron y la policía disparó gases lacrimógenos con un bote que me golpeó en el tobillo”, añadió Carl Clemente.