Fútbol
Descalabro inesperado del Barcelona: el VAR fuerza su derrota
El FC Barcelona perdió por primera vez esta temporada contra la Real Sociedad. El VAR anuló un gol en el último minuto. Sorpresa en la Liga F Moeve

Por primera vez esta temporada, el FC Barcelona femenino mordió el polvo. Lo hizo en Zubieta, ante una Real Sociedad que jugó con un plan claro, disciplina colectiva y una portera estelar. Las azulgranas dominaron el balón, acumularon un 81% de posesión en el primer tiempo y firmaron una veintena de llegadas, pero chocaron una y otra vez con el muro de las donostiarras. El 1-0 final, decidido por un penalti transformado por Edna Imade en la primera parte, supuso el primer tropiezo del curso para el conjunto de Pere Romeu, que vio cómo el VAR anulaba el empate en el tiempo añadido.
El Barcelona domina sin gol
El partido arrancó con el guion previsto: el Barça, dueño absoluto del balón desde el minuto uno, y la Real, esperando en bloque medio con líneas juntas, atenta a cualquier espacio que dejara el conjunto catalán. Aitana y Alexia intentaron asociarse en la frontal, pero el conjunto txuri-urdin ahogó cada intento con una densidad defensiva que desesperó a las visitantes. Brugts lo probó desde fuera en el 25, sin puntería, y sólo una acción embarullada en el área, resuelta bajo palos por María Molina, inquietó de verdad a la portera Arrula.
La Real apenas había cruzado el centro del campo con peligro hasta que, pasada la media hora, el VAR irrumpió por primera vez. Una posible mano de Laia Aleixandri en el área encendió las protestas del banquillo local. La colegiada acudió al monitor y señaló el punto de penalti, pese a las quejas de la central azulgrana, que reclamaba “posición natural”. Edna Imade, con una serenidad pasmosa marcó el 1-0 en el minuto 37. Era la primera vez en toda la temporada que el Barça se veía por debajo en el marcador.
El gol cambió poco el desarrollo del partido, pero reforzó el plan de Arturo Ruiz. La Real se replegó aún más y multiplicó esfuerzos en cada cobertura. Aleixandri, brillante en salida, y Paredes intentaron ordenar la reacción, pero las líneas de pase se cerraban con rapidez. En el tramo final del primer tiempo, Graham Hansen y Alexia dispusieron de dos centros peligrosos, aunque sin remate. Al descanso, el Barça acumulaba estadísticas aplastantes —posesión, pases, córners—, pero ninguna ocasión clara.
Resistencia de la Real Sociedad
El segundo tiempo fue una persecución constante del empate. Desde el pitido inicial, Graham fue el principal motor ofensivo. Sus centros desde la derecha se convirtieron en la mejor arma del Barça, y Esmee Brugts rozó el gol al entrar al segundo palo en el minuto 49. Pero el balón no quiso entrar. Pere Romeu movió el banquillo con decisión: triple cambio al 61, con Mapi León, Ona Batlle y la joven Vicky López para ganar profundidad. La estructura cambió, Aleixandri pasó al pivote y Vicky se colocó en la izquierda, buscando abrir el campo.
El efecto fue inmediato en cuanto a dominio, pero no en el marcador. En el 65, una de las acciones más claras: Vicky rompió líneas, combinó con Ona y Graham, desde una posición franca, cruzó en exceso su disparo. El balón se perdió por centímetros. Zubieta contenía la respiración. A partir de ahí, el partido entró en el terreno de la resistencia. La Real se vio obligada a defender cada centro, cada balón parado, con un orden admirable. En el 83, entre Arrula y Aiara salvaron un gol cantado tras un córner. La portera, en estado de gracia, encadenó dos paradas decisivas ante Torrejón y Graham.
El Barça no dejó de insistir. Fenger y Torrejón entraron para sumar centímetros en el área y el asedio fue total. Las de Romeu encerraron a la Real en su campo durante el descuento. En el 90+2, Paredes remató de cabeza y Fenger peinó el balón al fondo de la red. El grito de alivio azulgrana duró apenas segundos: la colegiada levantó el brazo y el VAR confirmó el fuera de juego. Otra revisión, otra frustración.
El desenlace fue el reflejo de un encuentro que, más allá de la polémica arbitral, evidenció los límites de un Barça que, cuando no puede imponer su ritmo ni encontrar pasillos interiores, sufre más de lo esperado. No hubo espacio para la inspiración de Aitana, ni para las rupturas de Pina o las apariciones de Alexia. La Real, con una estructura compacta, supo cortar las líneas de pase y castigar con velocidad en las transiciones. Edna Imade, además de su gol, fue un quebradero de cabeza constante para Paredes y Serrajordi.