El Depor obra el milagro en el día que Xavi se despide del Camp Nou

Dos goles de Messi adelantaron al Barcelona, pero Lucas Pérez y Salomao obraron el milagro gallego mpeón en el Calderón contra el Atlético un año después de que los rojiblancos ganaran la Liga en el Camp Nou

Despedida de Xavi, dos goles de Messi, Villar entregando la Copa y el Deportivo, un año más en Primera. Fin de fiesta en el Camp Nou con todos contentos, parlamentos de los jugadores y hasta de Luis Enrique. Para el Barça fue un día grande y para el Deportivo, también. El equipo coruñés se coló en la fiesta azulgrana, empató cuando ya estaba desahuciado y firmó su salvación entre las lágrimas de su presidente, Tino Fernández, y la alegría de unos jugadores que estuvieron más de una hora en la lona y que se levantaron con los goles de Lucas Pérez y Salomao.

A los cinco minutos, un cabezazo de Messi dio toda la impresión de que el Barça se lo iba a tomar en serio, pese a que en la alineación apareciesen los inéditos Masip y Vermaelen con Sergi Roberto, Montoya, Adriano y Pedro, que tienen cartel de suplentes. El gol castigaba el miedo deportivista, atrincherado en su campo a expensas de la inspiración de Messi, Neymar o Xavi. El ritmo del Barcelona era lento, poco intenso, pero la pelota era suya y Fabricio estuvo acertadísmo en tres acciones.

El descanso no modificó el sistema de Víctor Sánchez. El Dépor y el Barça, igual. Sin apretar los azulgrana. Y cuando Neymar le dio a Messi el segundo, todo pareció decidido. Sin embargo, el técnico deportivista metió a Oriol Riera por Domínguez y el equipo se adelantó unos metros. El descenso era una amenaza real y nadie daba un duro por los gallegos. Ni en La Coruña, ni en Granada, ni en Almería, ni en Éibar.

¿Marcar dos goles en el Camp Nou? Proeza, hazaña, un imposible. Para Lucas Pérez y Salomao, no. El coruñés agarró un fuerte disparo al que no llegó Masip. El partido volvía a cobrar interés. El Deportivo creyó en la salvación, pisó más el campo y el área azulgrana, mientras que el Barcelona era lento, previsible y aparecía muy poco. Tan poco que Medunjanin lanzó una falta al larguero. Por lo menos querían morir en la orilla azulgrana. Y a base de coraje, empuje y mucho trabajo, permitido, es cierto, por la desidia del Barça, llegó el empate. Una jugada de estrategia, una serie de despejes en corto y el balón en los pies de Salomao para batir a Masip.

El Dépor encontraba la gloria, acariciaba el sueño de la salvación y se dispuso a resistir en el cuarto de hora final. Con permiso del Barcelona, que firmó una tregua, que bajó la guardia y que procuró no hacer daño a un rival que estaba logrando su objetivo cuando lo había tenido crudo.

La gente estaba más preocupada por despedir a Xavi como se merecía –ovación al ser sustituido por Iniesta– que por ver otro gol de Messi, algún sombrero de Neymar o una carrera de Pedro. El Deportivo apretaba los dientes, dormía el balón en la esquina, forzaba un par de córners y procuraba tener oficio para manejarse ante un rival que ni quería, ni lo intentaba y que daba por bueno el empate. Los azulgrana no se esforzaban y los gallegos sellaban su salvación en un partido raro, raro, raro.

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- Ficha del partido:

2. Barcelona: Masip; Adriano, Bartra (Mascherano, min.69), Vermaelen (Douglas, min.63), Mathieu; Sergio Roberto, Xavi (Iniesta, min.85), Rafinha; Pedro, Messi y Neymar.

2. Deportivo: Fabricio; Laure, Lopo, Sidnei, Canella (Medunjanin, min.38); Celso Borges, Álex Bergantiños, Juan Domínguez (Oriol Riera, min.62); Salomao, Lucas Pérez (José Rodríguez, min.85) e Ivan Cavaleiro.

Goles: 1-0, min.4: Messi. 2-0, min.60: Messi. 2-1, min.67: Lucas. 2-2, min.75: Salomao.

Árbitro: Clos Gómez (comité aragonés). Mostró cartulina amarilla a Juan Domíguez (min.59), Mathieu (min.75), Oriol Riera (min.90+) y Medunjanin (min.90+).

Incidencias: partido correspondiente a la trigésimo octava y última de la Liga, disputado en el Camp Nou ante 93.743 espectadores, según datos aportador por el FC Barcelona.

Después del partido, el presidente de la FEF, Ángel María Villar, entregó la copa de la Liga al Barcelona al capitán Xavi Hernández, después de que la semana pasada se proclamase campeón.